❝ Cuando un alfa rechaza a su omega, cientos de situaciones son desencadenadas.❞
❄ Primera parte de dos, incluye los dos primeros arcos de la historia.
🌺 Trama policial / thriller
🌿 YoonMin // Omegaverse
🍁 Drama, romance, angst, happy...
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Después de que ambos despertasen por completo, el resto del día avanzó como bala.
Tanto Yoongi como Jimin decidieron abandonar la oficina en cuanto terminaron el desayuno, decididos a apresurarse a casa en busca de una ducha compartida. Yoongi había terminado con sus problemas en el trabajo y Kihyun debía hacerse cargo de su parte ahora.
Al menos tendrían libre hasta el fin de semana, tiempo perfecto para las mini-vacaciones que tenían en mente.
Luego de llegar a casa, de una ducha que les tomó más tiempo de lo acostumbrado, el almuerzo y una visita al supermercado en busca de algunos suplementos que les hacía falta, ambos comenzaron el viaje al restaurante.
Hasta el día de hoy, Yoongi no había puesto ni un pie dentro. La última visita de Jimin, sin embargo, fue hace poco más de una semana. Antes de la urgencia culinaria que requirió su presencia en la manada.
Jimin estaba emocionado de mostrarle el lugar a Yoongi, y Yoongi estaba emocionado por ver emocionado a su omega.
Los cambios ya habían terminado hace más de un mes. Los papeles estaban al día, las revisiones eléctricas, de gas, y agua completas, y más de una vez aseguradas.
Jimin no podía creer que después de tantos años imaginándolo, la inauguración de su propio restaurante sería finalmente en seis días. ¡Menos de una semana! Casi tres años de planificación habían valido la pena.
—¿Nervioso? —le preguntó Yoongi en su lado del conductor. Su mano enlazada con la suya sobre su muslo, medio sonriente.
—Emocionado.
—Mi omega al fin podrá aceptar que le llamemos Chef.
Jimin soltó una risita, escondiendo el cuello entre los hombros.
—¿Quién estará allá? —Yoongi frenó en el semáforo, dedicándole una mirada—. ¿Sólo Jaebum, y el resto de tu equipo?
Jimin estaba feliz de no haber escuchado ningún "sarnoso" en esa frase.
¡Una mejora!
—Creo que Jungkook también estará allá. Ya sabes cómo es Jin. Invitará a toda la familia si puede.
—Y sólo es un brindis.
Jimin asintió. —Y sólo es un brindis.
Llegando al restaurante, Jimin finalmente pudo ver la entrada de su futuro lugar de trabajo sin carteles de restricción que le despistaran. Yoongi estaba curioso mirando las escaleras cortas y el diseño exterior. Jimin sonrió en grande, tomando la mano del alfa y tirando de él hasta el interior, obligándole a avanzar más rápido.
Yoongi sólo le siguió el paso.
En cuanto las puertas fueron empujadas, fue como una explosión de vida.
