Capítulo 1

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Angel - Massive Atack





Los eventos en públicos eran ese tipo de situaciones que intentaba evitar a toda costa. No le gustaba la atención que producía en la población femenina, sobre todo cuando tenía a su lado a uno de los peores mujeriegos que hubiesen existido jamás. Miró su Rolex y zapateó impaciente. Sí estaba allí, era por petición de su socio y amigo, no porque le agradase. Dos chicas elegantemente vestidas los miraban y cuchichiaban entre ellas, cuando por fin las miró, ambas se sonrojaron y al ver a su mejor amigo; Sasuke Uchiha, logró reconocer su aclamada sonrisa seductora. Suspiró, ahí iba otra vez. No importase cuantas veces le dijera que ese estilo de vida tomaría cobrándole factura, todo lo que le decía le entraba por una oreja y le salía por otra.

―Escoge una y divirtámonos más tarde ―murmuró el enigmático playboy sin despegar la vista de las jóvenes mujeres que parecían sufrir un terrible sofoco. Naruto las miró y dedujo eran unas de las tantas jóvenes que se graduaban ese día.

―Si acaso les llevamos diez años, por Dios Sasuke, madura ―gruñó en voz baja. Sasuke era un abogado reconocido y exitoso, que cuando no ejercía dejaba de pensar con la cabeza para pensar con el pene. Una de las chicas, la rubia precisamente, le miró directamente y le guiñó un ojo mientras mordía su dedo índice en una pose que simulaba ser sensual. Apartó la mirada por si la chica creía que solo con verla tenía intenciones de algo más.

Hacía mucho había aprendido la lección, no jugar con nadie. Si alguna vez aparecía la correcta, iría por ella. Mientras prefería hacer crecer su imperio, comprando empresas de todo tipo que se encontraran en problemas, reformándolas y luego vendiéndolas al precio justo. Su vida consistía en papeleo, reuniones, negocios, viajes de negocios, natación y boxeo para liberar estrés. El espacio que sobraba en su cama lo ocuparía una mujer de verdad, no una de esas mujeres que buscaban tener a cualquier rico entre las piernas con tal de asegurar su futuro.

Él buscaba una mujer que lo amara por ser él, no por ser el dueño de Grupo Uzumaki, nombre que eligió su difunto padre en honor al apellido de soltera de su madre. Aunque hace un par de años se había resignado a la idea. Hoy en día las personas se interesaban más en lo material que en lo verdaderamente importante. Por eso, las pocas aventuras que tenía con mujeres duraban una sola noche, nunca más de eso y así se los hacía saber, aunque prefería mil veces no recurrir a esos encuentros tratando de mantener su cabeza ocupada el mayor tiempo posible.

―Deberías llevarte una de esas a casa y sacarte un poco la frustración ―Sasuke le guiñó un ojo―. A de ser molesto utilizar solo la mano.

Naruto carcajeó un poco, acariciando su frente y negando suavemente.

―No todo en la vida es pasar de cama en cama, Sasuke. Pronto te arrepentirás cuando una logre enamorarte y ella no te crea una maldita palabra por andar tras todo lo que posea una vagina.

Observó a su guardaespaldas a una distancia considerable.

―Tonterías ¿todavía sigues con eso? Deberías convertirte en sacerdote, hombre. Te iría muy bien.

―Hijo de puta ―Volvió a mirar su Rolex―. ¿A qué horas vendrá este tipo?

― ¿Te refieres a mí? ―Ambos levantaron la vista hacia el recién llegado. Con cuarenta y siete años y dueño de un imperio parecido al suyo, Hiashi Hyuga era uno de los hombres más aclamados en el plano empresarial y tanto él como Sasuke estaban complacidos de tenerlo de su lado. Hiashi era despiadado en los negocios, incluso mucho más que él.

―Hiashi ―Naruto tomó su mano y la agitó, al igual que Sasuke.

―Me alegro de que vinieran. Es un día importante para mí ―Naruto llevó sus manos a sus bolsillos y Hiashi lo imitó―. Mi amado hijo por fin se gradúa ―Echó un vistazo a la entrada de la Universidad―. Ha quedado bastante bonito ¿cierto?

ANGEL - NaruhinaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum