Capítulo 32

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Perfect - Ed Sheeran (Violín cover)



Hinata despertó en medio de esas sábanas suaves y ese aroma indiscutiblemente único con una sonrisa dibujada en sus labios inflamados

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Hinata despertó en medio de esas sábanas suaves y ese aroma indiscutiblemente único con una sonrisa dibujada en sus labios inflamados. Se incorporó parpadeando, somnolienta por la claridad que entraba por los ventanales y mordió su labio cuando recordó todo lo sucedido el día anterior.

Estaba de vuelta en su casa; su hogar.

Haberle abierto su alma al hombre de su vida le había dado una paz que jamás creyó sentir. Perdonar, revelar sus más profundos y oscuros secretos, y mantener los brazos abiertos a todo lo que la vida le tenía preparado, era la sensación más maravillosa de la vida, de esa nueva vida que construiría a partir de ese día junto a Naruto; su prometido, el padre de su hijo, y sobre todo su amante.

Apartó las sábanas revelando su desnudez y se cubrió con una de sus camisas. Ató su cabello en un moño desordenado y salió de esa habitación que juró jamás abandonar. Cuchicheos y risas la llevaron a la ostentosa cocina, y sonrió enternecida cuando vio a los dos hombres de su vida interactuar como siempre deseó presenciar.

Naruto sostenía a Boruto, ambos con el cabello húmedo revelándole que habían tomado un baño juntos. Su bebé carcajeaba jugando con él, mientras trataba de alimentarlo con un coladito de frutas como desayuno dejando un desastre a su paso.

― ¿Vas a dejarme algo a mí? ―preguntó él. Boruto aferró su muñeca y tragó todo el colado lo más rápido que pudo, luego sonrió abiertamente a su padre cuando no quedó nada en el envoltorio―. Tragón.

Hinata no pudo evitar reírse.

―Oh mira ―susurró Naruto a su bebé―. Tu hermosa y dormilona madre ya despertó.

―Eso es porque alguien me agotó anoche ―respondió acercándose. Rodeó sus amplios hombros desnudos y lo besó con infinita ternura, para después besar la frente de su hijo.

La sonrisa de Naruto brillaba tanto como el sol, incluso podía eclipsarlo con la mirada oscura y brillante que le dedicó a su cuerpo.

―Buenas días ―dijo ella.

―Buenas días, hermosa.

Para cualquier persona ese sería un intercambio común y corriente, pero para ellos abarcaba un significado mucho más profundo. Lo supo mientras se miraban a los ojos, intercambiando mensajes entre sus almas expuestas. Así fueron siempre, pensaron al mismo tiempo. Lo suyo nunca sería común y corriente.

―Haré el desayuno ―indicó Hinata rompiendo el hechizo, y Naruto se deleitó con sus piernas y la silueta de su cuerpo desnudo bajo su camisa. Esas serían sus mañanas de ahora en adelante y no podía esperar por eso.

Desayunaron con soltura, en medio de un ambiente ameno y fue feliz. Tener a su mujer y su hijo junto a sí era un regalo divino, y por esa razón decidió dejar de lamentar el pasado. Ese error que tan caro costó, les estaba siendo retribuido en esa tranquilidad, esa complicidad que mezclaba sus vibraciones. Lo que Hinata poseía era lo que lo completaba, así como su fuerza era el complemento que ella necesitaba, y las situaciones que tuvieron que atravesar lo único que hizo fue fortalecer ese amor hasta hacerlo casi indestructible.

ANGEL - NaruhinaWhere stories live. Discover now