Capítulo 26

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Apologize - One Republic



Naruto bajó del Ferrari cuando Kakashi le abrió la puerta, se acomodó el saco y suspiró mirando el edificio de cuatro pisos frente a él

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Naruto bajó del Ferrari cuando Kakashi le abrió la puerta, se acomodó el saco y suspiró mirando el edificio de cuatro pisos frente a él. Había creído, ilusamente años atrás, que no volvería a pisar ese lugar, y no porque no le agradase, sino porque no se sentía cómodo acudiendo a un psicólogo. Creyó haber encontrado en el boxeo y las empresas que prácticamente consumían su tiempo, la forma de canalizar esa agresión que corría por sus venas después de que aquella chica se suicidara llevando a su hijo en su interior.

Su guardaespaldas empujó las puertas dobles para él manteniéndose atento a su alrededor. La prensa se había vuelto loca después del escándalo que se desató cuando Hiashi y Kaguya fueron arrestados, y las acciones de las comercializadoras Hyuga colapsaran totalmente. Su ángel había sido redimida socialmente, pero él sabía que eso jamás sería suficiente. Su relato le había quedado grabado a fuego en la mente, nunca en su puta vida lograría olvidar o superar las barbaridades que Hinata sufrió estando embarazada.

Él debió haberla cuidado y mimado, disfrutar junto a ella el embarazo, los primeros movimientos de su bebé, eligiendo nombres y escogiendo ropita para él.

―Buenas tardes ―Saludó a la recepcionista―. Tengo una cita a las dos con el doctor Iruka Umino.

La mujer levantó el teléfono, dijo un par de palabras y luego colgó.

―Adelante, el doctor lo espera señor Namikaze.

Naruto asintió hacia Kakashi y se adentró en la enorme puerta del consultorio del doctor Umino. Si él estaba allí era por ella, pero sobre todo por él. Porque necesitaba recuperarla, ser el hombre que ella necesitaba, el padre que su hijo se merecía. Quería merecer su propia familia y eso no sucedería hasta que supiera dejar atrás todos sus problemas.

El consultorio del doctor Iruka Umino era bastante amplio y elegante, soberbio y moderno. Las paredes de color blanco contrastaban con los muebles de madera oscura, y las alfombras, estantes y archivadores de color gris. En una pared estaban colgados todos los títulos que reconocían al hombre sentado detrás del enorme escritorio como uno de los mejores profesionales especializados en el tratamiento del control de la ira y problemas de agresividad, y en la pared contraria fotografías decorativas en blanco y negro de paisajes como bosques y cascadas.

Iruka sonrió detrás de sus manos unidas. 

Naruto se sentó en el sofá frente a él.

―Pensé que no volvería a verte, Naruto ―Él tragó saliva.

―Yo tampoco, si soy sincero.

La sonrisa del especialista se amplió.

―Entonces ―El hombre escribió algo en su libreta―. ¿Quieres contarme por qué razón estás de vuelta después de tanto tiempo?

ANGEL - NaruhinaWhere stories live. Discover now