Capítulo 9

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Just the way you are - Bruno Mars

Just the way you are - Bruno Mars

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Hinata dejó escapar una risita cuando lo sintió besar su cuello y su nuca. Había dormido mejor que en toda su vida, allí, con su calor y aroma masculino rodeándole. Giró hasta quedar frente a él, sonriéndole sonrojada al ver sus maravillosos ojos, despeinado y adormilado. Enredó una pierna con las suyas y se pegó más a él, a su pecho sintiendo su aroma embriagante. Tal y como él había prometido, solo habían dormido, no sin acariciarse bajo las sábanas ya que al parecer, ninguno de los dos podía mantener las manos en otro lugar que no fuesen sus cuerpos. Él había respetado que necesitaba recuperarse un poco y... no había condones. Naruto le había asegurado que la cuidaría y se disculpó un poco por no haberlo hecho la primera vez que estuvieron juntos, la verdad es que ni ella lo pensó.

Él le sonrió y ella amó su sonrisa seductora, esa sonrisa que mostraba ese precioso hoyuelo en su mejilla.

―Buenos días, hermosa ―musitó él, besó su comisura cuando ella le devolvió la sonrisa y se estiró en la cama.

―Buenos días ―Su mano se deslizó a lo largo de su espalda enfundada de seda gris, hasta llegar a su culo y apretarle una nalga posesivamente. Sus labios se buscaron mutuamente, un beso tierno cargado de sentimiento y amor. La revelación que sufrió la noche anterior cuando corrió en su búsqueda rugió nuevamente en su interior. Creyó haber estado enamorado una vez en su vida, pero estaba equivocado porque con Sakura jamás se sintió como se sentía con su ángel. Naruto Namikaze nunca había perseguido a una chica antes, ni había hecho todo lo que hizo, apartando las piedras del camino para poder estar con ella.

La diferencia de edad le importaba un carajo, nada era tan imperioso como amanecer con ella, la belleza de sus ojos, su cálido contacto en su piel, el ajuste perfecto de sus cuerpos. No recordaba la última vez que durmió con alguien, así como ahora, simplemente dormir, pero nada se comparaba con tenerla a ella así, en su cama y impregnado de su aroma a manzana verde.

Envolvió uno de sus rizos enmarañados con uno de sus dedos, mientras saboreaba el terciopelo de sus labios.

― ¿Qué hora es? ―Se preguntó ella cuando dejaron de besarse. Su aliento era limpio, agradable, le dejaba una nota dulce en la punta de la lengua.

―No lo sé y no me importa ―Le respondió yendo a buscar la piel de su cuello terso. Su carcajada hizo vibrar sus labios.

―Podríamos llegar tarde ―Se encogió de un hombro, abrazándola más con su pierna. Su erección matutina topó con su cadera y Naruto deseó desnudarla. Sin embargo, como pensó antes, no la arriesgaría más así le doliera el miembro.

―Soy el dueño de mi maldita empresa, puedo darme el lujo de llegar tarde ―dijo deslizando uno de sus tirantes muy lentamente, deseoso de admirar ese rosado pezón que se marcaba bajo la seda.

ANGEL - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora