Naruto Namikaze; un hombre exitoso cuyo pasado todavía le atormenta, decide nunca volver a enamorar a una mujer de la cual no esté verdaderamente interesado. Esa promesa le ha costado años sumido en la soledad, aislado en su torre de marfil y vivir...
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Hinata sonrió cuando vio a su hermano acercarse a ella una vez entró en el restaurante donde lo esperaba, vestido de traje negro tormenta, Neji Hyuga era alto y fornido, su piel pálida contrastaba perfectamente con sus bellos ojos perla y el castaño de su cabello. Sus rasgos poseían cierta cualidad femenina que le daba suavidad a su aspecto masculino. Ella y él compartían el mismo aspecto en sus labios y no solo era el hecho de ser su hermano mayor, pero reconocía que era un hombre guapísimo.
Se puso de pie, lo recibió con un abrazo y un beso que no le correspondió. Se apartó de Neji al notar lo tenso que se encontraba y el ceño profundo con el cual la miraba. Lo conocía demasiado bien, algo le molestaba, habían vivido juntos en la adolescencia compartiéndolo absolutamente todo por lo que sabía leer sus movimientos y expresiones a la perfección.
―Hola Neji ¿Cómo va todo? ―saludó sonriéndole cuando tomaron asiento uno frente al otro―. Pedí un filete para ti, espero que no te importe o que no hayas cambiado tu predilección por un buen trozo de carne.
Neji la analizaba como a un bicho en un laboratorio y eso la asustó.
― ¿Sucede algo? ―inquirió preocupada.
―Las cosas no van bien en Hyuga Enterprise ―soltó.
―Oh ―exclamó porque no sabía que responder a eso. No le interesaba averiguar nada que tuviera que ver con su padre.
― ¿Cómo pudiste? ―Le reclamó. Hinata se echó hacia atrás en su silla sorprendida ante el tono de reclamo que le dedicaba su hermano.
― ¿Qué?
―Naruto Namikaze cortó cualquier relación con la empresa de nuestro padre, anuló un contrato de millones de euros solo porque te metiste entre sus sábanas ¿Tanto es el odio que sientes por nuestro padre que te atreviste a pedirle a tu amante que deshiciera la sociedad con nuestra empresa?
―Neji, yo no...
―La vida personal y los negocios se llevan a parte ―gruñó él, apretando los puños por encima de la mesa―. Eres mi hermana y te quiero, pero no puedo concebir que hayas sido capaz de algo así.
Detuvo su discurso elevando su palma abierta en el aire. El entusiasmo de volver a pasar un agradable momento con su hermano se esfumó en cuanto él empezó a soltarle esa serie de reclamos por asuntos en los que ella no tenía nada que ver.
―Es cierto que Naruto Namikaze y yo tenemos una relación, pero nunca le pedí que deshiciera la sociedad con Hiashi.
―Él le dijo a papá que fue por ti ―interrumpió Neji―. Le dijo cosas horribles por ti, ahora papá debe hacer recorte de personal y una serie de adaptaciones para que el impacto en nuestras utilidades sea el mínimo posible. Sé que papá se ha portado mal contigo, pero pensé que yo te importaba, que me querías hermana.
