Capitulo 17

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Me sentía nerviosa.

Terminé de arreglar mi cabello y tomé la chaqueta para salir de mi habitación. Bajé haciendo el menor ruino posible. No quería que nadie notara mi salida. Tomé las llaves de mi auto y antes de alcanzar la perilla una voz proveniente de la sala me detuvo.

-¿A dónde vas, señorita?-

¡Mierda!

-Hola, mamá.- salude con una sonrisa inocente. -Solo voy por un helado. Regreso pronto.- nuevamente tomé la perilla.

-¿Iras por helados con Camila?-

-No-

-¿Segura?- se levantó del sofá acercándose a mí- Vas muy arreglada para un simple helado-

-No hay un código de vestimenta para ir por helados.- empezaba a sentirme nerviosa. Mamá entrecerró los ojos, desconfiada.

-Está bien, no llegues tarde.- cedió caminando hacia las escaleras. Solté un suspiro de alivio y volví a tomar el picaporte. -Por cierto, Lauren- habló llamando mi atención. Tenía una hermosa sonrisa confiada en su rostro. -Me agrada Camila. Dale un abrazo de mi parte.- me sonroje de inmediato y salí de casa escuchando su risa triunfante.

Conduje con la música a todo volumen. Evitaba pensar en lo que sucedería, los nervios ya estaban acabando conmigo. Al estacionar frente a su casa le envié un mensaje y dos minutos después, ella salió provocando una sonrisa de idiota en mi rostro.

-Hola.- saludó con una hermosa sonrisa cuando ingresó en mi auto. -Lamento la demora.-

-Está bien.-

-De acuerdo, ¿Qué tienes planeado hacer? ¿Quieres ir por…-

-En realidad tengo algo en mente. Tengo una sorpresa para ti.-

-¿Una sorpresa?- se burló.- No soy buena para las sorpresas, no puedo resistir al misterio.-

-Lástima porque debes utilizar esto antes de irnos.- le dije sacando una suave mascada de la guantera.

-Lolo, ¿en realidad es necesario?- dijo haciendo un puchero. Sonreí increíblemente encantada.

-Vas a tener que hacerlo o no saldremos de aquí.-

-Pero…-

-Deja de discutir.- corté acercándome suavemente a ella. Coloqué la mascada en sus ojos y até un pequeño nudo por detrás. Volvió a hacer un puchero y cruzo los brazos a la altura de su pecho. Tomé su cinturón y lo ajusté a su alrededor antes de encender el auto.

-¿Te dije que odio las sorpresas?- murmuró.

-Lo hiciste.- respondí mirando el camino.

-Entonces ¿Por qué estoy vendada los ojos?-

-Porque tengo una sorpresa para ti.- respondí con obviedad.

-Pero odio las sorpresas.-

-¿En serio?- pregunté en tono de burla.

-¡Lolo!- reprendió mirando en mi dirección. Evité reír por la situación.

-Dime ¿Por qué no te gustan las sorpresas?-

-Son altas expectativas que a veces no se cumplen y terminan en decepción.

-¿Crees que mi sorpresa te decepcionará?

-Espero que no. Por eso odio las sorpresas.-

-De acuerdo.- dije deteniendo el auto a un lado del camino. La miré antes de continuar.- Haremos esto. Prométeme que dejarás de quejarte hasta que lleguemos y veas mi sorpresa. Si te gusta, dejarás de odiar las sorpresas si vienen de mí pero si la odias… no habrá una segunda cita.-

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora