Capitulo 26

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Llegamos al pasillo y sus ojos parecían confusos con el numero de puertas que encontró. Pasé junto a ella y la guie hasta mi habitación. Al ingresar, quise encender la luz pero ella tiro de mi para caminar hacia la cama. No me opuse en dejarlo así, de todas formas la tenue luz de la luna iluminaba el lugar con perfección. 

Finalmente ella se detuvo y me miró. No parecía insegura ni asustada.

Me acerqué y deposité un beso en sus labios. No tenia prisa ni urgencia en acelerar las cosas y ella siguió mi tranquilo ritmo sin problema. Mi mano tomo su rostro para profundizar el beso mientras la otra tomaba su cintura para tirar de ella, acercándola a mi cuerpo.

Sentí su lengua pidiendo permiso para entrar pero se lo negué capturando su labio inferior para morderlo lentamente, escuchando un tenue suspiro por su parte.

Suavemente terminé el beso bajo su mirada confundida. Aun de pie, giré su cuerpo dejándola de espaldas hacia mi. Coloqué mi mano sobre su abdomen y volví a pegarla a mi cuerpo. Lentamente moví su cabello para llegar al zipper de su vestido, pero su cuello jugó con mis sentidos y mi necesidad de besar la piel expuesta fueron mucho mas grande que mi autocontrol. Besé su dulce piel y la escuché volver a suspirar. Camila movió su cabeza al lado contrario de mis labios permitiéndome continuar con las caricias en ese lugar.

Ella podría ser adictiva.

Logré dejar su cuello, posiblemente con unas cuantas marcar antes de volver a mi objetivo. Tomé el zipper entre mis dedos para bajarlo suavemente, descubriendo su espalda con cada movimiento que hacía. Mis dedos no tardaron en trazar una suave línea bajo su columna, perdiéndome por completo en la belleza de su cuerpo. Y sabía que esto apenas comenzaba.

Camila giró para encontrarse con mis ojos. Yo solo podía mirarla mientras ella tomaba las tiras de su vestido para retirarlos. Mi boca se abrió cuando el vestido dejó su perfecto cuerpo al descubierto. Ahora lo único que la cubría era su ropa interior y sus tacones altos pero era suficiente para hacerme alucinar.

Era perfecta.

Tragué saliva cuando mis ojos recorrieron su cuerpo deteniéndose desvergonzadamente sobre su pecho y su abdomen.

-Camila tu…- intenté hablar, aun sin mirarla a los ojos.- tu eres…-

No me dejó continuar pues de inmediato saltó sobre mis labios en un beso hambriento. Esta vez, coloque mis manos sobre su cintura sintiendo la firme piel de sus costados. Acaricié su espalda y respondí su beso con agilidad hasta que terminó el contacto para hacerme girar. Ella ya había bajado el zipper y no tardó mucho en deshacerse de mi vestido.

A diferencia de ella, mi cuerpo no era tan perfecto y mis inseguridades aparecieron de inmediato cuando sus intensos ojos me analizaron. Inconscientemente agaché la mirada esperando algún comentario sin embargo Camila no dijo nada por lo que volví a subir la mirada para encontrarme con sus ojos fijos en mi cuerpo y su labio inferior siendo mordido con todo el deseo que estaba sintiendo. Por un momento su mirada fue suficiente para hacerme olvidar a todos mis demonios.

-Tu no eres real.- murmuró subiendo sus ojos con extrema lentitud hasta mirarme.

Sonreí antes de tomar su mano para llegar hasta la cama. Ella volvió a besarme y esta vez, empujé suavemente su cuerpo para recostarnos. Me ubiqué sobre Camila procurando no poner todo mi peso en ella y seguí con nuestra sesión de besos hasta que mi necesidad de seguir explorando tomo el control de mis acciones.

Dejé sus labios para llegar a su cuello y terminar la tarea que había dejado inconclusa. Era su punto débil. Lo sabía por la manera en como sus suspiros salían con mayor frecuencia. Seguí mi camino y mis labios llegaron al centro de su pecho. La miré antes de colocar la mano sobre uno de ellos, causando que sus ojos se cierren y otro pesado suspiro saliera de sus labios. Su expresión de placer causó un caos entre mis piernas que pedía ser liberado.

Te deje ir (Camren)Where stories live. Discover now