Capitulo 39

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-Laur, puedes alcanzarme la sal.- pidió Milika con una sonrisa.

-Quiero más aderezo.-

-¿Alguien me pasa la ensalada?- el lugar era un completo alboroto pero adoraba sus gritos.

Era noche buena y por motivos de trabajo, habíamos adelantado la cena navideña. A nadie parecía importarle y sinceramente agradecí el hecho de tener a mi padre sentado en la mesa. Lucia ligeramente arreglado y notaba su sobriedad, pero estaba segura que solo era cuestión de tiempo para tenerlo en un bar nuevamente. Él odiaba las fechas festivas. Las odiaba por no poder pasarlas con mamá.

Dinah y yo agradecimos la comida y después de abrir los regalos, salimos al trabajo.

Otra noche en el servicio de Catering. Era un evento mayor y Ally necesitaba a todas las personas posibles para cubrir con el número de invitados que acudirían. Al parecer Noche Buena era un gran evento para celebrar.

Aproveché la oportunidad para buscar a Camila entre la gente.

-¿A quién buscas?- se dio cuenta Ally, caminando junto a mí con una bandeja de bocaditos. Ella no era la típica jefa que se quedaba mirando lo que los demás hacían.

-A nadie.- mentí volviendo a la cocina.

-Ten cuidado, Laur.- me advirtió con cariño.- Dinah no estará feliz de que ese “nadie” vuelva a tu vida.-

-Ally.- la llame antes de que vuelva a salir. Ella me miró.- ¿Hace cuánto tiempo… tu… la has visto…- tuve mis dudas al preguntar pero ella entendió a la perfección.

-Desde que volvió del internado.- dijo acercándose a mi.- ha estado en la mayoría de los eventos en los que he sido contratada.- continuó suavemente.- Nunca les pedí a Dinah y a ti que vinieran por ese motivo. El resto de los chicos siempre estaba dispuesto a ayudar así que no hacía falta su presencia, hasta aquella noche que no tenía más opción que pedirles su ayuda.- asentí con la cabeza mientras mi mirada inconscientemente caía al piso.- escucha Lauren, nunca me acerco a su mesa y evito a toda costa que me mire pero yo la miro, luce bien y aunque se aburre en estos lugares, intento creer que ella está bien. Mi trabajo es cuidar de ti, ¿de acuerdo?-

Asentí suavemente antes de que se acercara por un corto beso que dejo en mi cabeza antes de volver a salir.

Salí tras de ella pasando por las mesas, hasta encontrarla. Cuando lo hice una oleada de celos me apretó el pecho al verlo con Aarón. Mi cabeza repetía las palabras de Ally y quise creer que ella estaba bien pero no quería que lo estuviera. No junto a ese idiota. Logré que me mirara y caminé directo a los baños. Mientras esperaba que ella viniera, traté de tranquilizarme. No estaba segura de sí esta vez me seguiría. Los celos se transformaron en dudas. Me senté junto a lavamanos mientras mis pies colgaban y los mecía nerviosamente.

Al entrar puse mi mejor sonrisa y una nueva conversación surgió, pidiéndole que huya conmigo.

Parecí insegura y en mi afán de no presionarla, le di la oportunidad de elegir. Salí y esperé por ella en el auto.

Esperé y empezaba a creer que no saldría.

Encendí mi auto para marcharme cuando la vi aparecer en el estacionamiento. No pude ocultar una sonrisa y mis miedos de que ella no viniera. Tenía miedo de que lo escogiera a él.

Conduje hasta el complejo recreativo de la familia Mackenzie. En su última visita me dejaron una copia de las llaves por si necesitaba pensar. Su última visita fue en el funeral de mi madre. Agradecí su presencia y todo lo que hicieron o dejaron para estar conmigo ese día. Tuve que obligarlos a subir al avión y regresar a la universidad, de lo contrario tendría a tres molestos hermanos siempre sobre mí, cuidando de que no hiciera “tonterías” -fueron sus palabras.

Te deje ir (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora