Capitulo 22

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No fui al aeropuerto con ellos.

No era un secreto que odiaba las despedidas y llorar en un aeropuerto no era lo que quería. Nuestra despedida fue al salir del complejo, antes de subir a nuestros autos. No me molesta decir que lloré. Era una despedida y eso sucede cuando dices “Hasta pronto” a las personas que quieres.

Les dije “hasta pronto” con la esperanza de volverlos a ver.

-¿Estas bien?- me preguntó levantando la cabeza de mi pecho para mirarme. Asentí suavemente antes de depositar un corto beso en sus labios para volver la atención al televisor.

Sabía lo deprimida que estaría así que decidió pasar la tarde conmigo viendo películas y comiendo helado. No quería dejarme sola y se lo agradecí.

-Gracias por quedarte conmigo.-

-No deseo estar en otro lugar.- sonrió. Colocó un codo en la cama y apoyo la cabeza sobre su mano para verme mejor.- Tu mamá fue muy linda al pedirme que viniera.-

-Le agradas.- elevé mis hombros. Coloqué un pequeño mechón de cabello tras su oreja. Se veía hermosa frente a mí.

-Lo sé, soy adorable.- dijo con arrogancia. Su parte arrogante había disminuido dejado paso a otras facetas de Camila que estaba descubriendo. Ahora eran pocas las veces que resultaba presuntuosa. Lo extrañaba.

Recordé la primera vez que ella fue arrogante conmigo.

-Me sentí increíblemente nerviosa cuando te vi por primera vez. Era ridículo, ni siquiera te había hablado y ya sentía que iba a desmayarme.- reí por el recuerdo.- escapé al tocador intentado tranquilizarme.-

-Nuestro encuentro en el tocador no fue casualidad- confesó con un ligero sonrojo.- te vi en cuanto llegaste a la fiesta. No podía dejar de verte. Parecías una modelo, te creía irreal o incluso un ángel.- no pude evitar sonreír.- Tenía que comprobarlo.-

La miré suavemente antes de confesar.

-No sé qué clase de persona crees que soy, pero debo admitir que no soy un ángel-

-Me salvaste de mi aterrador mundo. Eres un ángel para mí.-

Sonreí sin ganas de contradecirla, aceptando la manera en que Camila me miraba.

Coloqué una mano en su mejilla acercándola para empezar un beso tranquilo, pero como los otros momentos, fue subiendo de intensidad. No podía explicar la absurda necesidad que tenía de sentir su cuerpo junto al mío. Era algo más que sobrepasaba los límites de mi entendimiento. Nunca antes había deseado tanto a otra chica como lo hacía con Camila pero mis ganas de cuidarla y no arruinar las cosas casi siempre me detenían.

Hasta ahora.

Poco a poco fui empujando a Camila para lograr colocarme sobre ella. Mi cuerpo entre sus piernas, provocando suspiros ansiosos por salir. La urgencia de mis besos siendo correspondidos por los suyos. Tomé sus manos y las coloqué por encima de su cabeza, sintiéndola totalmente mía con un simple acto. Bajé los besos por su cuello y empecé a sentir movimientos involuntarios en sus caderas. Solté una de mis manos para empezar a recorrer su abdomen. La necesidad de besar ahí, estaba acabando conmigo. Suavemente introduje una mano bajo su blusa y sentí como sus músculos se tensaron al tacto.

Resulta imposible describir ese sentimiento.

Yo causaba esas reacciones. Era por mí que su cuerpo temblaba. Era por mí.

Seguí los besos hasta el borde de su cuello y antes de que mi mano siga su camino hacia su pecho, ella me detuvo.

-Lolo, espera.-

-¿Estas bien?- realmente estaba preocupada- ¿Te hice daño? ¿Voy muy rápido? No debemos hacerlo si no…-

Silenció mis temerosas palabras con un tierno beso.

-Estoy bien.- susurró con una pequeña sonrisa.- pero hay algo que debes saber.-

-¿Tienes algún raro fetiche del que deba preocuparme?-

-No, boba.- dijo riendo.

-Está bien, podría entenderte pero si…- volvió a callar mis palabras con un beso.

-No es eso.-

-¿Entonces qué sucede, bebe?-
Ella tomó una larga respiración antes de decir aquello que nunca había contemplado.

-Nunca he estado con nadie.-

-Espera… Eres…-

-Soy virgen.- confirmó.

Me levanté de su cuerpo para sentarme. Ella hizo lo mismo mirándome en espera de una respuesta.-

-Yo… no lo sabía.- dije avergonzada.- Si me lo hubieras… si tan solo… Yo no habría adelantado las cosas, Camz.-

-Lauren, escucha.- pidió tomando una de mis manos entre las suyas.- Esto no es algo que lo digo así como si nada. De hecho me ha traído demasiados problemas-

-¿A qué te refieres?-

-Se volvió una apuesta.- dijo agachando la mirada. Ahora ella parecía avergonzada.- En cuanto mis compañeros lo supieron, más de uno intentó llegar a mí con otras intenciones. Tiempo después supe que tenía el apodo de “Inalcanzable trofeo” y que muchos competían por llegar a ser “el primero” en mi vida.

Ahora entendía porque todos la trataban de esa manera. Como un trofeo difícil de alcanzar.

Tomé su rostro e hice que su mirada conectara con la mía.

-Nunca tuve esas intenciones contigo, Camila.-

-Lo sé.- dijo con una pequeña sonrisa.- tuviste la oportunidad de conseguir lo que muchos intentaban, y lo dejaste. Interrumpías el momento cada vez que las cosas subían de intensidad y fue ahí, cuando supe que ese no era tu objetivo.-

-No quiero estar contigo por una ridícula apuesta.- aseguré.- Y ahora qué lo sé, creo de debemos esperar.-

-¿Esperar?-

-Te demostraré que mis intenciones son buenas y lo más importante… quiero que estés segura de que quieres estar conmigo. Conservas algo muy valioso como para dárselo a cualquier persona.-

Ella volvió a besarme.

-Quiero que sea contigo.- susurró entre mis labios.- Quiero que seas la primera en mi vida.-

La besé, intentando con todas mis fuerzas esconder la sonrisa de idiota que se me escapaba.

-Te quiero.- solté sin pensarlo. Me aparté para ver su rostro sorprendido y el futuro rechazo que obtendría pero en lugar de eso, ella salto a mis brazos regresándonos a la cama antes de susurrar en mi oído.

-Te quiero también.-

No sucedió nada después de eso. Volvimos a mirar la televisión y fue suficiente para mí.

Había escuchado un “te quiero” de sus labios y eso era mucho más que suficiente.

Te deje ir (Camren)Where stories live. Discover now