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La vida de Harry se mantenía estática en su cénit mientras la mía caía en picado.

   En octubre, a él lo nombraron jefe de la oficina de aurores. Yo me alegré por él, pero también me vi obligado a aceptar un trabajo nocturno en una discoteca muggle, porque un solo empleo no me reportaba suficiente dinero para pagar la medicina de mi madre.

   En noviembre, él y la Weasley anunciaron que su casamiento sería próximo. Leer la noticia en el periódico me procuró un dolor sordo, que se añadió al desgarrador de contemplar cómo mi madre iba muriendo a pesar de todos mis esfuerzos.

CaminosWhere stories live. Discover now