Los siguientes dos días fueron desastrosamente incómodos. Harry y yo nos sobresaltábamos cada vez que uno entraba en la habitación en la que estaba el otro, lo que pasaba muy a menudo, debido a lo diminuto que era el piso. Cada uno expresaba su vergüenza de manera diferente: yo me sonrojaba hasta las orejas y desviaba la mirada y Harry carraspeaba y torcía la comisura de sus labios en una especie de sonrisa incómoda.
No sé por qué tenía tanta vergüenza. Harry y yo habíamos tenido un encuentro sexual y nos habíamos dicho que nos queríamos, ¿cuál era el problema? Ninguno, ninguno en absoluto. No lo entendía, y pensando fríamente sabía que ambos estábamos siendo ridículos, pero era incapaz de hacer nada para revertir la situación. Me sentía asquerosamente Hufflepuff*. Además, no sabía por qué tenía que ser yo el que diese mi brazo a torcer y empezase una conversación que fuera más allá de un incómodo "¿me pasas la sal, por favor?". El Gryffindor en esta relación era Harry, y se supone que son los Gryffindor los que se atreven a exponerse.
Porque así es como yo me sentía: terriblemente expuesto. Toda la valentía de la que había hecho gala en los últimos días había desaparecido sin dejar rastro y había sido sustituida por preguntas tales como "¿y si en realidad no me quiere? ¿Y si solo me lo dijo por educación? ¿Y si me sigue odiando, como en el colegio? ¿Y si está harto de mí y quiere dejarme solo de nuevo?".
Todas eran buenas preguntas, de hecho, pero la última lo era especialmente. Aún ahora sigo sin saber responderla con seguridad, aunque mi teoría principal es que Harry no pudo dejar atrás su complejo de héroe ni siquiera conmigo. Creo que ése es un aspecto de su personalidad que nunca llegaré a comprender del todo, pero al que siempre estaré infinitamente agradecido. A día de hoy me resulta imposible imaginar mi vida sin él.
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*NA: En realidad a mí me encanta Hufflepuff, es mi segunda casa favorita, solo va después de Slytherin. ¿Cuál es vuestra casa favorita? ¿Es la misma a la que pertenecéis?
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Caminos
FanfictionTras el fin de la guerra Draco Malfoy vive en la miseria, trabajando para poder pagarle las medicinas a una Narcisa tremendamente enferma. Harry Potter, en cambio, es feliz en grado sumo: es auror, está prometido con Ginny Weasley y, en general...
