16

8.7K 886 22
                                    

Cuando vio mi casa, Harry intentó callarse la preocupación, pero no logró evitar que se le reflejara en los ojos.

   Durante un segundo, no me importó. Incluso me sonreí un poco. Esperaba que se sintiera inmensamente culpable, esperaba que se arrepintiera hasta la médula de haberme hecho, junto con la ayuda de sus estúpidos amigos, acabar así.

   Pero esa altivez se acabó en un instante. En seguida recordé que todo lo que me estaba pasando era, de hecho, culpa mía, y que me lo tenía más que merecido.

   Suspiré y fui hacia el pequeño armario de la cocina con la mirada de Harry pegada en la nuca. Cogí la botella de vodka barato que tenía allí guardada y con un gesto le pregunté si quería un poco. Él negó con la cabeza, yo me encogí de hombros y comencé a beber a morro.

CaminosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora