Cuando Granger se presentó a las elecciones ministeriales, lo hizo vistiendo ropa muggle y con el cabello tan desgreñado como siempre. En sus discursos, redactados de manera brillante, hablaba de la necesidad de cambiar el funcionamiento de un gobierno inepto que había permitido el ascenso al poder de un fascista, y prometió con pasión en la voz hacer todo lo necesario para que antiguos mortífagos y aspirantes fueran tratados de una manera más dura. No me cupo ninguna duda de que hablaba en serio, ni de que sabría sacar partido a su condición de sangre sucia para conseguir llegar a Ministra. Los tiempos habían cambiado, y ser hijo de muggles era más un motivo de orgullo que de vergüenza.
En mi cabeza solo había sitio para preguntarme qué iba a ser de mí, pero en medio de toda esa preocupación surgió también otra pregunta, pequeña y débil, casi inexistente: ¿Harry me defendería también de su amiga?
Estaba bastante seguro de que no.
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Caminos
फैनफिक्शनTras el fin de la guerra Draco Malfoy vive en la miseria, trabajando para poder pagarle las medicinas a una Narcisa tremendamente enferma. Harry Potter, en cambio, es feliz en grado sumo: es auror, está prometido con Ginny Weasley y, en general...
