Solo Dame 9 Meses ©

Capitulo IX |Los Bianchi

Capítulo 9. Los Bianchi

Sólo Dame Nueve Meses

Y aquí estás, Lía, en el coche de Josh, dirigiéndote a donde juraste no volver. Debo empezar a suponer que estoy siendo demasiada buena personas con estos dos, a pesar de todo, sin embargo, tengo mis razones...
—Estoy aquí sólo porque prometieron pagar la universidad de mi hijo, nada más.

¿Qué carajos estás diciendo? Le acabas de decir al padre de tu hijo que pague la universidad de su hijo con su futura esposa.

Lo sabía, haber mentido ha empeorado las cosas, cada día me es más difícil decirle la verdad al padre de mi bebé. Fue una completa locura lo que decidí. No obstante, definitivamente, también tuve mis razones, ese instante no era el indicado, no quería que la noticia de ser padre se la tomara en medio de tanto estrés, añadiendo la posición en la que me encontraba en aquel momento: saliendo de la cárcel.

Mientras nos dirigíamos hasta nuestro destino, la hora que nos tomaría llegar se convirtió en dos horas, pues tuve que pedir ir al baño varias veces. Cada una de ellas para vomitar. Necesitaba ir al médico, hace tiempo que no iba y ya había perdido una cita. No sé absolutamente nada de mi bebé. No sé si tendré gemelos o tal vez tendré una semilla y listo...

— ¿Cómo describirías a la madre de Josh? —Me preguntó Ashley, repentinamente. Yo iba sumergida en el paisaje, así que me costó unos segundos contestar.

— ¿Yo? —Contesté — No creo que quieras una descripción sincera de mi parte.

—Tú ya la conoces ¿Cómo la describirías? —Insiste —Estoy algo nerviosa y una descripción honesta me vendría bien.

En serio no quiero decirle que la veo como una bruja con botox, pero tampoco me gusta mentir. No soy mentirosa.

Dijo Lía Miller, la misma que dijo estar embarazada de alguien que ni siquiera conoce.

—Seré sincera. Es el diablo usando sostén.

— ¿Es en serio? —Se ríe Josh.

De todas formas Ashley la verá así. No hay otra manera posible, será su suegra y estoy segura de que si su actitud fue así de horrible conmigo, solamente siendo la amiga, con la novia de su hijo será peor. Ese es el concepto que tienen todas las mujeres de su suegra. Peor cuando es adinerado, creen que su hijo es un bebé que necesita amamantar.

—Es lo único que puedo decirte.

Josh me miró a través del retrovisor, parecía algo preocupado.

—Tú siempre eres divertida, Lía —ríe Ashley, desde el asiento del copiloto.

¿Divertida? ¿Yo? Perdí mi diversión hace mucho, diversión era estar con Josh, Sophia y todos nuestros amigos de la facultad, celebrando la vida, siendo estúpidos, yendo a restaurantes y demás. Creo que todo eso se terminó cuando Ashley llegó a la vida de Josh, él ahora está más serio que Abraham Lincoln, se porta más responsable, no habla mucho y parece un hombre de cuarenta, viejo y aburrido, con la típica niña rica dándole vida a él y a su rabo verde.

Sí, lo siento, sin duda alguna, estoy celosa.

No se nota, querida.

Llegamos a la propiedad de los Bianchi. Es inevitable decir que es hermoso. El lugar es pintoresco, es como si fuese sacado de una pintura. Hay muchos árboles, el ambiente cambia a colonial solo con pasar ese gigantesco portón que te recibe con el apellido "Bianchi". La naturaleza reina en la propiedad de los Bianchi, ellos siempre han estado muy orgullosos de eso: sus propiedades llamativas y exageradamente grandes.