Capítulo XIV |Un regalo

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Capítulo 14. Un regalo.

Sólo Dame Nueve Meses

Habría tomado algunos redbull, pero mi madre me advirtió que eran malos para el bebé. Toda la razón. Así que, aquí voy en el coche de Sophia, conduciendo a la velocidad máxima.

¿Velocidad máxima? Nos acaba de pasar un señor en silla de ruedas.

Ok, sí, solamente dije eso para sentirme bien sobre mi manera de conducir. Estaba muy nerviosa, y no, no eran nervios por estar conduciendo, sino por el hecho de que estaba a pocos minutos de al fin enfrentar a Josh.
Me dirigía a la despedida de Ashely, a la que había sido invitada, pero a la que seguramente no esperan que aparezca.
He tenido la fantasía de, una vez llegar a mi destino, coger un micrófono y dar la gran noticia. Sin embargo, eso solamente lo haría si fuese más extrovertida. Mi mente lo es, por lo que suelo imaginar este tipo de situaciones con regularidad.

Finalmente, he llegado a mi destino. Me encuentro frente al lugar donde se supone que están celebrando la despedida de soltera. Es algo así como una más de las propiedades de los Bianchi.

Cojo la botella y le doy un largo sorbo... de agua, por supuesto.

Hay que tomar agüita todos los días

Inhalo y exhalo repetidamente, las manos me sudan de los nervios y la ansiedad me empieza a atormentar. Mierda. ¿En serio haré esto?

¡No hay vuelta atrás!

Arreglo mi cabello y me coloco unos lentes de sol oscuros y salgo del coche. Puedo sentir cómo algunas miradas me siguen y analizan con curiosidad. Sin embargo, luego me doy cuenta; ellos estaban viendo el coche del que me bajé: un Renault Twingo. Supongo que estas personas nunca han visto uno en sus vidas, pues viven encerradas en su mundo de riquezas. Me hago camino entre la multitud, hasta adentrarme dentro de la casa donde se encuentra el núcleo de la celebración.

Cuando empecé a sentirme mareada por la cantidad de personas alrededor, pude verlo... No puede ser. Probablemente sea el hombre más detestable para mí en este preciso instante, quizá lo odie con toda mi alma justo ahora, pero verlo allí; sonriendo, simplemente existiendo en ese mundo que jamás podré comprender, él ha conseguido hacerme sentir mariposas.

Lo odiamos, Lía. No olvides cuánto lo detestamos.

Sí. Él jugó conmigo, él es tan malo y tan. Dios. No podía siquiera evitarlo.

— ¿Lía?
Puedo escuchar cómo su voz llamó mi nombre y logró sacarme de aquel trance en el cual había entrado repentinamente. Puedo observar cómo sus ojos recaen sobre mí, de tal manera que mi cuerpo empieza a temblar. Quedo completamente estática por unos segundos.  —Josh —resoplé, al fin.

—Pensé que no vendrías—dice, cogiendo una cerveza. Él se empina la bebida, pero no quita sus ojos de mí. Yo siento un escalofrío recorrerme toda la espina dorsal.

Me vi obligada a apartar mi mirada de golpe.

—Yo... —afiné mi voz —, en realidad no estoy aquí para celebrar. Hay algo que debo decirte —terminé, con voz baja.

Él me sigue viendo fijamente y yo empiezo a descolocarme. Esto no me puede estar pasando. ¿Cómo se supone que yo me concentre en esta situación?

—Claro, Lía, pero, ¿no quieres una bebida o algo antes?

—No, yo... —digo, y lo pienso un momento — Esto es muy importante.

Asiente suavemente y me ve con más intensidad. Es como si intentase descifrar lo que estoy a punto de decir. Está nervioso, puedo notarlo fácilmente, conozco a Josh.

Solo Dame 9 Meses ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin