Capítulo XII |Corazón

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Capítulo 12. Corazón.

Me pongo un poco de rubor en las mejillas para quitarme el exceso de palidez en mi piel. En Boston no ha salido el sol en mucho tiempo y estoy más pálida que un muerto. Es una de las cosas que más detesto del invierno, de paso, la falta de sol me hacía sentir bastante triste; la depresión del invierno le llamaban.

El timbre de mi apartamento suena en mi oído y solo pienso en Sophia. No puedo esperar a darle los detalles de lo sucedido con Josh, así que casi corro hasta la puerta para abrir y encontrarme con...

─ ¿Ashley?

¿Qué hace ella aquí?

¡Alerta roja! Llama a la policía

— ¿Así recibes a una amiga? —dice, voz es tensa y su rostro está igual. Definitivamente no estaba esperando una visita de ella.

— ¿Dónde está Josh? —pregunto, mirando a través de su hombro.

— ¿Qué? ¿Acaso lo buscas porque quieres volver a besarlo?

Siento como si me han lanzado agua helada en todo el cuerpo. Yo me quedo quieta y muda al mismo tiempo, no puedo creer lo que acaba de decir... Empiezo a morir de vergüenza y arrepentimiento en ese preciso instante.

—Escucha, Lía. Desde el primer día en que te conocí te dije que jamás confiaría en una rata como tú. Sé que sientes cosas por Josh y eso es algo que tengo que ver todos los malditos días que estás cerca de nosotros. ¿Crees que es justo para mí?

Mis ojos empiezan a arder.

—Yo... —intentó decir, pero mi voz es inaudible.

Ella sonrió, colocándose más recta. Era una posición de victoria.

—Josh se ha sentido tan mal de haberte besado que decidió confesármelo todo —. Ante lo dicho, siento y puedo sentir palpablemente como mi corazón se parte en dos. Un dolor indescriptible se apodera de mi pecho. — Escucha, Lía, te contaré la historia —añade —. Tu historia. Tú, Lía Miller te embarazaste de algún imbécil, que por obvias razones te ha abandonado, luego no supiste qué más hacer y decidiste conquistar a Josh para que se enamorara de ti. Para luego, hacer que él se haga cargo de esa cosa dentro de ti.

Entierro mis uñas en mi palma, mientras hago mis manos puños. Realmente me siento traicionada. Besar a Josh, permitir que eso pasara fue el error más estúpido que pude haber cometido.

—Tú no sabes de qué hablas —trato de defenderme, pero mi voz sigue siendo débil. No hay manera alguna de defenderme.

—Oh, claro que lo sé. Sin embargo, no hace falta toda esta mierda —ella me extiende un sobre —. Josh y yo nos casaremos y ningún plan retorcido tuyo por intentar robar a mi novio podría cambiar eso. Estás invitada —sonríe falsamente y gira sobre sus talones para retirarse.

Ella me deja allí, tullida, en la puerta de mi apartamento, sin nada mas que decir. Cierro la puerta y me deslizo apoyándome en ella de espaldas, hasta llegar al piso y hacerme una bolita. Me siento tan estúpida. Por un pequeño momento yo pensé que él había sentido algo. Pensé que ese besó pudo haber sido especial, pero en realidad, todo fue un error para él, y ahora se había convertido en el peor error para mí. Cojo el sobre y lo abro, como lo esperé: Una invitación de boda. No pude evitarlo y dejé caer mis lágrimas.

(...)

—¿Estás segura que prefieres no saber el sexo?—me pregunta el doctor Franco, quien está moviendo el monitor del ultrasonido en mi vientre.

—Prefiero las sorpresas.

—Y, ¿al padre? ¿Le gustan las sorpresas?—Pregunta, aún concentrado en la pantalla.

—No... —digo apenada —, el padre de mi bebé no sabe que es el padre.

El doctor se detiene y dirige sus ojos a mí, se toma unos segundos, pues parece intentar entender lo dicho — ¿Por qué no lo sabe?

—Es mi mejor amigo... o lo era, no lo sé en realidad —él cambia su rostro relajado por ojos de asombro.

—¿Mejor amigo? ¿Qué edad tienes?

—Lo sé —rodeo los ojos —, suena muy infantil, pero realmente pensé que el término "mejor amigo" realmente existía. Lo he considerado así.

—Bueno, pues de ser tu mejor amigo, debería de haber más confianza, ¿no? Hablemos con madurez, ¿tienes miedo a que él rechace al bebé?

De pronto, caigo en cuentas, mi doctor está haciendo algo que jamás me había ocurrido con ningún otro médico, realmente está interesado en mi vida. Genuinamente puedo ver su interés, no parece con intenciones de solamente curiosear,

—No tengo miedo al rechazo...

—Y, ¿cuál es el problema?

—Es complicado.

Él mueve el monitor sobre mi vientre y de pronto se queda estático.

—Escucha eso... —dice él, mirando a la pantalla —, son los latido de tu bebé.

— ¿En serio? —digo, levantándome de la camilla con ayuda de mis codos.

Él asiente con la cabeza, y yo logro escuchar las melodías de un ser viviente dentro de mí. Esto se siente increíble. Es casi imposible, realmente no he podido asimilar el hecho de que dentro de mí hay un ser humano. No contengo las lágrimas de la emoción y logro imaginarme cómo será mi vida con mi bebé. Todo pasa por mi mente y las imágenes son hermosas, me hacen sentir viva, me hacen sentir especial.

—Vamos a ser un gran dúo —le susurro a mi vientre, o bueno, le susurro a mi bebé.

Cuando levanto mi vista, veo que el doctor me ve con una sonrisa.

—Gracias, doctor Franco —le digo, mirándole a los ojos. Sus ojos azules. Guao. Nunca había notado el azulado de los ojos de este hombre.

—Es un placer, Lía.

Sin Josh o con Josh, no me interesa realmente. Viviré y criaré a mi bebé como sea. No necesito temas de inmadurez, ¿mejor amigo? Todo esto ya ha quedado en el pasado. Lía Miller está mucho sin Josh.

Fuertes declaraciones, querida.

Solo Dame 9 Meses ©Where stories live. Discover now