Solo Dame 9 Meses ©

Capítulo XXVIII | Reunión.

            

Capítulo 28. Reunión.

Sólo Dame Nueve Meses.

—Y quieres que me quede aquí de brazos cruzados mientras tú te vas con tus amigos ¡Dos días antes de nuestra boda!

Cierro los ojos. Puedo sentir el dolor punzante en mi cabeza y de pronto, todo lo que deseo es salir huyendo de este lugar. Huir de mi hogar.

—Es importante.

—¿Más importantes que nuestra boda?

Quiero decirle que no fue mi idea. Quiero decirle que jamás me preguntó absolutamente nada acerca de todo esto. Quiero decirle que jamás fue me idea, pero no tiene sentido hablar ahora.

—No es lo que he dicho —suspiro —, debo irme.

—Eres un asco, Josh.

Volví a cerrar los ojos. Me giré y cogiendo el pomo de la puerta salgo de una vez por todas de mi casa. Nunca se había sentido tanta paz en las calles de Boston, nunca había preferido tanto estar fuera de mi hogar.

Caminé hasta el restaurante Paco's, donde me han indicado que sería la reunión. La campanilla de la puerta suena en el momento que entro. De inmediato localizo a mis amigos, es la mesa más llena de personas, por lo que fue bastante fácil. Mis ojos analizan a cada uno de los presentes, pero no logro verla...

— ¡Joshua! —escucho la voz de Paco y me volteo a él rápidamente. Este me envuelve en un fuerte y cálido abrazo. Paco es el dueño del restaurante, Lía y yo solíamos venir todos los días cuando estábamos en la facultad — ¡Mírate! ¡Tanto tiempo! ¿Me has traído caramelos Bianchi?

Me reí, una risa genuina, siempre bromea con lo mismo, pero nunca deja de ser gracioso —Paco —le sonreí —, me alegra mucho verte de nuevo.

Él me da dos palmadas en la espalda y sonriente vuelve a lo suyo. Al aproximarme lo suficiente a la mesa donde están sentados todos, alcanzo a ver a Lía. Sí, ella está aquí. Mi corazón empieza a acelerarse y no puedo controlarme, tampoco puedo quitar mis ojos de ella. Se ve preciosa. No lo sé, ella siempre se ve hermosa, pero esta vez se ve mucho más hermosa, parece estar feliz y eso hace que su rostro se ilumine, puedo sentir mis rodillas flaquear. Sin embargo, ella no me ve en ningún momento. Agarro una silla para sentarme y es hasta ese momento en el que Lía deposita sus ojos en mí, pero es en un milésimo de segundo, pues rápidamente devuelve su atención a Sophia. De pronto, todos están guardando silencio.

—Bueno —digo, dirigiéndome a los presentes —, ¿por qué siento que la fiesta se acabó con mi llegada?

—Hola, Josh —hablaron algunos en coro.

Saludé con la cabeza a Archie, Jessica y Samantha. Los otros seguían mirándome de forma extraña.

— ¿He matado a alguien? —frunzo el ceño.

—Hola, Josh —contestan los otros, finalmente.

Yo niego con la cabeza. Esto es demasiado incómodo para mi gusto.

—Hola, Lía —las palabras salen de mi boca y no me entero hasta que me escucho a mí mismo. Todos guardan silencio nuevamente y las manos me empiezan a sudar. Joder.

Lía se limita a sonreírme y aquello me pincha en el pecho.

— ¿Qué tan incómodo estás, Josh? —escucho decir a Samantha en medio de una risita. Frunzo el ceño en su dirección sin entender nada.

—No estoy incómodo.

— ¿No estás en tus días? —esa voz, esa maldita voz, Zack está aquí, ni siquiera lo he notado antes, pero ahora que lo ubico lo único que quiero es romperle la nariz —, hombre, te ves demacrado.