Epílogo

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Epílogo.

Después de la junta con Eric y Jason en lo primero que pensé fue en llamar a Lia. Hace meses que no la veo, puesto que viajé a Francia por los trámites finales de mi nueva empresa. Exportaremos artículos italianos con mejoras y al fin hemos decidido nómbralo "Bianchis" Éxito asegurado. Mis padres aceptaron la idea y me ayudaron con algunos inversionistas. Ahora tengo mi propio negocio.

Luego de varias despedidas formales tomé mi vuelo a Bostón. En lo único que pensaba era en entrelazar mis brazos con el cuerpo de Lia, abrazarla y respirar ese delicioso perfume que ella adora.

Mientras subía al avión al lado mío pasó una mujer con una dona en las manos, cosa que me recordó a mi madre y a Lia cocinando. Ahora mis dos mujeres se llevan de maravilla. A veces tienen sus momentos pero luego llego yo y arreglo las cosas.

Me distraje con mi celular mirando algunas cosas en Facebook, entonces apareció una foto de Zack, mi ex mejor amigo. Él llevó su vida como siempre quiso, mujeres, fiestas y viajes. Los dos tuvimos ese sueño, pero creo que todo eso se fue a la basura cuando me enamoré de Lia. Ashley al igual que él se desapareció de mi vida, hay rumores de que se casó con un anciano adinerado y realmente no me sorprende.

Lia y yo hemos tenido algunas discusiones absurdas acerca de nuestro pasado, pero luego terminan resolviéndose en la cama. Es una mujer furiosa, pero deja seducirse fácil.

He viajado mucho estos días, viajes que a Lia ponen incómoda, pero con la noticia de mi nueva empresa morirá de alegría. Con un ingreso que caerá en mis manos sin necesidad de moverme. Ella está trabajando en una empresa de mi tío Gabriel, pero quiero irme con ella e Isabella a algún otro lugar, no lo sé España tal vez, quiero que nos distraigamos de tanto estrés.

No me he comunicado con Lia estos últimos tres días, y siento como si el aire se me va. No dejo de pensar en qué estará haciendo ahora mismo. Tal vez enseñándole a cantar en la ducha a Isabella, mi pequeña rubia ojos azules crece y crece sin parar. Lia está esperando un nuevo bebé, al que ya decidimos nombrarlo por Will. Me siento mal por dejarla tres meses sola; aunque no tan sola, Ed y Sophia están haciendo presencia todo el día.

La ansiedad me vuelve loco. Ya, ha llegado la hora de verla nuevamente; ver a mi hermosa mujer ojos chocolate.

— Señor Bianchi —una rubia uniformada me ofrece un plato de bocadillos que inmediatamente acepto.

Me coloqué los audífonos y pulse el botón de "aleatorio" para reproducir algo de música. Mientras observaba la ventanilla y miraba el paisaje, una pequeña lágrima se derramó cuando escuché la canción favorita de Lia Perfect. Entonces entendí porque se ponía tan cursi cuando la escuchaba.

Al aterrizar mi corazón empezó a moverse con fuerza. Estaba ansioso.

Luego de bajar del avión y retirar mi equipaje me dirigí hacia a donde se supone que estaría Lia. Mientras apartaba a la multitud intentaba ver por medio de los hombros para encontrarme con ella pero no había ni rastros de mi castaña. Así que me miré mi reloj 13:34 PM. Cuando ya estaba concluyendo en que Lia no había venido, mis ojos se encontraron con dos chocolates. Una mujer con la sonrisa más dulce del planeta, una simple sonrisa de Lia podría decir millones de cosas. Sus mejillas rosadas y su cabello ondulado hasta los hombros. Era la mujer más perfecta en ese lugar. Mi corazón palpitaba con más fuerza con cada paso que daba para encontrarme con ella. Cuando al fin llegamos a unir nuestras respiraciones, no hicimos más que me mirarnos por varios segundos, ella suspiró, yo suspiré y nuestros ojos se cristalizaron. Era la misma castaña que hace varios años me hizo temblar de nervios, la misma que con solo escuchar su voz me hacía sentir millones de cosas. Era mi Lia.

Nuestras miradas hablaron más de lo que nunca habíamos hablado. Ella se empinó para rodear sus brazos en mi cuello y colgarse de mí. Yo la elevé y la aprisione con mi cuerpo, sentirla, olerla me hacía sentir tan bien. Repartí varios besos en su cabello y la devolví al suelo para poder alcanzar esos labios sabor a frambuesa. Ahí estaban sus duces labios que me besaban como la última vez que los besé. Ella era mi dulce, un dulce que no deseaba perder nunca. Nada de mujer rubia y perfecta. Ella era mi mujer perfecta.

— ¿No te cansaste de mí? —preguntó ella.

— Nunca Lia —resoplé en su nariz.

Ella no despegaba esos ojos marrones, cosa que amaba.

— ¿Cuándo lo harás? — Siguió con sarcasmo ¡Joder! Amo el sarcasmo de Lia Miller. ¿Mujer más complicada? Ni una.

— Lia... —susurré llamando su atención — Te amaré siempre.

— ¿Hasta cuándo es siempre? —río con sarcasmo haciendo una mueca y sacando la lengua. ¿Mujer más niña que Lia? Ni una.

Deje salir una sonrisa de lado y contesté: — Sólo dame toda la vida y sabrás cuándo es —. Ella sonrió en grande mostrando satisfacción por lo dicho.

—Te amo Joshito.

Ahí fue donde Sophia y Ed aparecieron con Isa. Cargué a mi hija en mis brazos, repartí besos en ella y tome la mano de mi esposa. Lia Miller, mujer que me ha dejado loco.

Mi nombre es Josh Bianchi.

Fin


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*Llorando*

Solo Dame 9 Meses ©Where stories live. Discover now