Capítulo XXXIX

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Capítulo 39.

I

Sólo Dame Nueve Meses- Capítulo Final.

Quién se imaginaría que estaba a punto de dar el paso más importante de mi vida. Una sola palabra estaba a punto de decidir mi futuro. Miré a Josh y luego al público. Todos esperaban mi "Acepto". Realmente estaba asustada, me dio una crisis existencial en ese instante.

Al fin me incorporé y decidí escupir...—Acepto—deje salir un pequeño suspiro.

¡Me estoy casando! ¿Lo estoy haciendo? Vaya...

—Si hay alguien que se interponga en la unión de estas dos almas, que hable ahora o que calle para siempre.

Simples palabras que me dejaron preocupada. Recé a todo lo que hay en el mundo esperando que nadie, ni nada se interpusiera.

—Bien—terminó el sacerdote con expresión satisfecha— Puede besar a la novia.

Josh sonrió tomándome por la cintura mezclo sus labios con los míos, convirtiéndome en su esposa.

— Ahora sí señorita Bianchi—susurró con su frente apoyada en la mía.

Sonreí y todas las personas aplaudieron y gritaron. Todos se levantaron y al fin salimos del lugar. Era mágico, algunas personas lanzaron arroz y la felicidad ahí era sincera.

Mi corazón se detuvo en un momento. Las risas y la felicidad floto alrededor mío cuando miré a Zack cargando a Isa detrás de la Iglesia. La llevaba en sus brazos, ¡Era un maldito! Si se atrevía a hacerle algo lo mataría eso seguro. Estaba congelada, me sentía indefensa, sin Josh al lado mío, aislada de la iglesia y de las personas. No sabía de qué podría ser capaz Zack. Eso me preocupaba. Me repugnaba ver como acariciaba la piel de mi hija. Ahí fue donde actúe y con cautela me acerque a él.

—Zack—no lo demostraba, trataba de no hacerlo, pero estaba demasiado nerviosa— ¿Qué haces?

Su sonrisa, sus ojos reflejaban odio.

— Charlaba con Isabella...

Su nariz se acercó a la piel de mi hija y yo moría de rabia. Era indignante, ver como suspiraba su indefensa piel.

— Déjala Zack...si la tocas te juro que...

— Es un nombre maravilloso. Su aroma es interesante...—siguió suspirando su piel. Lo hacía con malicia y placer. Eso me descompensaba e intentaba no terminar dándole en la nariz.

Me lancé a él con rabia y trate de quitársela pero él me negó el agarre. Cosa que me puso más nerviosa.

—Zack ¡Basta! Tú no deberías de estar aquí. En cuanto Josh se enteré...

— Shhh—siseó— Calma Lia, la niña se espanta.

— Zack ¿Cuál es tu maldito problema?

— Mi problema— una pequeña risa salió entre sus dientes— ¡Mi problema! —girtó haciéndome brincar. Isabella se espantó y empezó a chillar— ¡Mi problema eres tú Lia! ¡Tú eres mi maldito problema! Te deseó, anhelo tocar tu piel... y si no es la tuya será la de tu hija.

— Ni en sueños hijo de...

— ¡¿Zack?!

La gruesa y familiar voz de Josh hacía presencia. Su semblante era estérico. Estaba segura que se atrevería a golpear a Zack.

— Pero miren quien tenemos aquí.

— Zack, suelta a mi hija o te juro que...

— ¿Qué? No le hago nada, sólo la veo y la veo. Siento como si...fuera de mi propiedad.

Solo Dame 9 Meses ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora