Capítulo XV | Declaraciones

22.7K 1.8K 54
                                    




Capítulo 15. Declaraciones.

Sólo Dame Nueve Meses

—Uno, dos, tres —susurra.

Estamos bailando en la terraza. Todo está muy tranquilo, incluso apenas y puedo distinguir la canción, ya que la música casi no llega hasta el sitio donde estamos.

—Bailas pésimo —dice él, de pronto.

No es que deba negarlo, nunca aprendí a bailar, siempre era la que se sentaba y movía la cabeza al ritmo de la música en todas las fiestas. Así que cuando tocaba bailar no lo hacía nada bien.

—No tanto como tú —miento. Josh si tiene experiencia en el baile, después de todo sus padres han procurado que su hijo aprendiera muchísimas cosas desde pequeño, y bailar tenía que ser una de esas, aunque en su estado mas puro, Josh suele bailar alocadamente. Sonrío para mí misma al recordar esto.

Este momento parecía de película y si no me hubiese prometido reprimir mis sentimientos por él, estaría disfrutando como nunca este momento.

— ¿Josh?

Escucho una voz familiar e inmediatamente me aparto de Josh. Busco a la persona que ha hablado y me encuentro con Zack. Sí, Zack, nuestro ex compañero de la facultad. Era extraño verlo aquí pues él y Josh, normalmente no solían ser los más cercanos, así que me extrañó un poco su presencia. Josh, al igual que yo, se aparta y mira a Zack, pero él no parece estar extrañado.

—Lamento interrumpirles —se ríe —. Ashley te está buscando —finaliza, dirigiéndose a Josh.

Cuando Josh se despide de mí y desaparece entre la multitud, yo me dispongo a ir por unos tragos... de agua. No obstante, cuando me empiezo a encaminar a la cocina, alguien me coge del antebrazo, yo me vuelvo rápidamente y me encuentro con Zack. Este me ve de pies a cabeza y una sonrisa burlona empieza a sobresalir de sus comisuras.

— ¿Lía?—dice— ¿Estás gorda o es otra cosa?

Yo me desprendo de su agarre e ignóralo, sigo mi camino a la cocina. No me apetecía darle explicaciones a alguien como Zack, alguien que siempre estaba buscando el momento perfecto para burlarse de lo que estuviera a su alcance.

Veo a un hombre uniformado, quien parece estar sirviendo las bebidas, así que me dirijo a él —¿Podrías darme un vaso de agua, por favor?

Él asiente

— ¿Agua? —escucho su voz, nuevamente. Él se encuentra detrás de mí —No puede ser, estás embarazada, Lía. La futura mejor abogada de Boston, ¿no es así?

Su sarcasmo me pincha en lo más profundo. Sin embargo, yo me limito a rodar los ojos y coger el vaso de agua —Hola, Zack —bufé.

—Por dios, Lía. No tienes idea de lo desafortunado que es para mí ver a la mujer que siempre me interesó embarazada. No siento más que mucha lástima por ti.

Al escuchar aquello, le lanzo una mirada de desagrado.

—No me interesa lo que tú sientas por mí.

—El día que me besaste —dice, con voz suave y yo cierro los ojos con enfado, enfado conmigo misma, recordar aquello me hacía sentir vergüenza —, mis ilusiones por ti se elevaron. Pensé que al fin llegaría el día en el que dijera que le había pateado el culo a Josh

Arrugo mi frente.

— ¿Qué quieres decir con eso?

Él se ríe y se acomoda en su asiento. Llama a un mesero y le pide un whisky, el hombre se lo sirve rápidamente. —Aún no olvido ese día. Ese día el imbécil se enfadó mucho conmigo. No entendía realmente por qué, pues él empezó con todo este juego desde el inicio.

El olor a alcohol de su aliento y sus palabras medio arrastradas me decían que estaba demasiado ebrio, sin embargo, trataba de hacer mi mejor trabajo para entender lo que quería decir.

—¿Podrías hablarme claro? —espeté. Él se carcajeó. Le da el último sorbo a su vaso y me ve a los ojos. Sus ojos están muy rojos y eso me preocupa un poco.

—Cuando empezaste a juntarte con Josh en la secundaria, tú me gustabas, él lo sabía, pero no le importó una mierda. Luego escuché rumores sobre que intentaba conquistarte y eso fue la gota que derramó el vaso para mí.

No sé si creer lo que está diciendo. Está muy ebrio, pero parecía que estaba desahogándose.

— ¿Bromeas?

Recuerdo que Josh y Zack solían odiarse en la secundaria, pero estoy segura de que luego se habían vuelto amigos. Todo me parecía una fantasía en este instante, no era capaz de atar cabos.

—No, no lo hago, Lía. ¿Por qué mentiría sobre mis sentimientos? Ese hijo de puta no me permitió acercarme a ti en aquel entonces —él se acerca a mí y me empieza a acorralar en la puerta de la cocina —¿Sabes? Si Josh nunca hubiese estado ahí, probablemente tú y yo seríamos muy felices justo ahora —. Yo hago aparto mi rostro debido al olor a whiskey que sale de su boca. Empieza a ponerme incómoda, así que le pido que se aparte, sin embargo, él hace todo lo contrario y continúa: —Dime, ¿no sentiste lo mismo que yo aquella noche mientras nos besábamos?

Yo ahogué una exclamación y lo empujé con fuerza. Este casi se cae de espaldas —Maldita sea, Zack. Aléjate de mí.

Él ladea la cabeza. —Como desees. Estás arruinada, embaraza, sin trabajo y juzgar por cómo bailabas con Josh, probablemente también estés sola.

Él se retira. Y a pesar de todo, aquellas palabras sí me habían afectado un poco. Realmente estaba sola..., sin trabajo. Estaba apunto de quedarme sin dinero, lo poco que ahorré de la beca universitaria se me empezaba a acabar. A lo último que quería recurrir era a pedirle dinero a mi madre, sería una humillación.

— ¡Atención! ¡Atención!

Aquellas palabras que parecían salir de un locutor me sacaron de mis pensamientos. Salí de la cocina y miré a un hombre con un micrófono. La multitud le hacía espacio —Por favor, hagan espacio, es el turno de los novios para bailar.

Me levanto y me pongo de puntillas para poder ver el show.

—No pienso bailar esa canción  —escuché la voz de Ashley entre la multitud —¿Estás loco?

Todo el mundo guarda silencio, no obstante, pronto, la canción de Michael Jackson Thriller empieza a sonar. Veo de la nada salir a Josh, este aplaude y empieza a bailar solo, según él como Michael Jackson. Es tan gracioso verlo así. Debo suponer que también tiene algunos tragos encima, pues está en su momento siendo él mismo.

Las personas empiezan a reírse y a murmurar entre sí. Verdaderamente, no comprendo cómo estas personas pueden ser tan amargadas. Él está disfrutando, mientras los demás critican.

—Siento lástima por Ash. Yo no lo soportaría —escuché decir a una mujer. Supongo que es australiana por su acento.

La rabia me invade.

No, no.

No voy a permitir que digan eso de mi amigo.

— ¡Abran paso a una embarazada! —exclamé, llamando la atención de la multitud. Yo me puse al lado de Josh y le sonreí.

—Muy bien, idiota —le digo, sonriendo — ¿Lo hacemos como en los viejos tiempos?

Él me sonríe con ternura y asiente.

—Como en los viejos tiempos.

Y empecé a imitar sus pasos, nos veíamos ridículos, pero y ¿qué? De esto se trata la vida, de disfrutar cada instante, sin importar lo que los demás dirán. Después de todo, este momento sería algo que jamás se volvería a repetir.

No obstante, de la nada las personas empiezan a corear nuestros nombres junto con aplausos. La adrenalina que esto me produce me hace increíblemente feliz, hacía mucho tiempo que no sentía esta felicidad.

Aún me encuentro algo arrepentida por no haber dicho lo que tenía que decir hoy, pero creo que seguiré ajustando las velas del barco.

Solo Dame 9 Meses ©Where stories live. Discover now