Capitulo X |Indispuesta

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Capítulo 10. Indispuesta.

Sólo Dame Nueve Meses

Luego de que Ashley llamase a Josh para sentarse con él y decirle algo al oído, algo cambió repentinamente, pude observar cómo él ya no me dirigía la mirada en ningún momento. A pesar de que estuviese a mi lado, él incluso inclinaba su cuerpo hacia Ashley. Josh se había sentado a mi lado y a su derecha se encontraba Ashley, él estaba en medio de nosotras dos... La ironía.

Me parecía un tanto tonto haber permitido que unas simples palabras me hicieran sentir bien por unos minutos, él podía venir y decirme dos cosas tiernas y yo iba a derretirme por eso, cuando no debía ser así.

En serio, deberías de pegarle con la escoba.

— Y, ¿bien...? ¿Qué tal te parece Boston querida? —Le preguntó Silvia a Ashley, quien rápidamente cambió su tenso rostro a una sonrisa.

—Me encanta Boston, aunque extraño un poco el clima de Sydney.

—Debe de ser difícil el cambio de clima.

—Australia —interrumpo — ¿Recuerdas cuando decíamos que viajaríamos juntos a Australia, Josh? —Digo sonriente y fijo mi mirada en él.

—E iremos, Lía... —me responde, pero hace una pausa y ve a Ashley —, iremos todos, hasta mamá puede ir. El gato de mi madre también —fingió toser.

Entrecerré los ojos y entendí la situación.

—El gato no podrá ir —habla Silvia —, Lía lo perdió.

—Mamá —dice, Josh con pesadez.

—Yo estaba buscando el baño —me defendí —. Fue un accidente.

—Claro —Silvia me ve y puedo asegurar que está pensando en todas las formas en las que podría asesinarme. Se me enchina la piel solo de sentir su mala vibra.

— ¡Aquí viene la comida! —Exclama Adriano, parece un intento por apaciguar la situación — Al fin.

Los meseros que trabajan para la familia de Josh se aproximan y empiezan a colocar los diferentes platillos en la mesa. Todo huele al cielo, el aroma es maravilloso. Otros meseros colocan las vajillas, todas con mucho cuidado y delicadeza. Posteriormente, empiezan a verter el vino en cada una de las copas de las personas que estamos en la mesa. Mi estómago ruge como león al ver tanta delicia, sin embargo, el sonido de mis tripas es tan fuerte que Josh se atraganta con unas papitas que se estaba metiendo en la boca cuando escuchó. Él se carcajea.

—Estás hambrienta —señala.

—Lo estoy.

—Tienes que probar estas papitas —. Él llena las papas con una crema blanca y me ofrece una, yo acerco mi boca a su mano y él procede a introducirla en mi boca. Sabe de maravilla. La disfruto en mi boca unos segundos y termino saboreándome los labios.

—Sabe delicioso.

—Puedo ver eso...  —dijo Josh, con suavidad. Él luego, coge una servilleta y limpia las comisuras de mis labios.

Silvia tosió y se acomodó la garganta para indicar que diría algo:

—Espero que disfruten los platillos de esta tarde, viene de mis mejores cocineros. Buen provecho a todos...

— ¡Alto! —Exclama Ashley, y todos llevan su atención a ella.

—Hay que dar las gracias —dice —Lo siento, soy una mujer religiosa.

Mis tripas sonaron más fuerte..., estaba hambrienta.

—No, no, no te disculpes querida, mis padres también eran religiosos —responde Silvia, mirando a todos los presentes —, y creo que deberíamos considerar volver a tener la costumbre de dar gracias.

Solo Dame 9 Meses ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora