La Tuqueque

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(…)

«Pasito a pasito, suave suavecito nos vamos pegando poquito a poquito...»🎶

Mi alarma sonó con la de Despacito, si, esa canción me tenía más que arrecha pero la puse de alarma porque asi era la unica manera que de bolas tenia que pararme, para apagar de un coñazo esa mierda.

Miré a mi alrededor, Dylan ya no estaba en el cuarto, de hecho estaba yo sola.

Y en esta mierda hacía frío.

Me salí del cuarto y recorrí ese coñazo de pasillos en busca de él y mi bolso que lo había dejado en la sala pero no sabía si era el sueño que me tenia con una caliweba o esa mierda tenía más pasadizos que el laberinto de Maze Runner.

Basta menor, aún no supero que la vieja ar diablo esa haya quedado viva.

Luego de un buen rato, o eso creo yo, conseguí la sala pero Dylan no estaba por ninguna parte.

Caminé hacia la puerta y tomé mi ropa dispuesta a cambiame, vi que el reloj de la pared marcaban las 12:30pm por lo que recordé que debía ir a trabajar.

Sentí como una cosa suave rozó mi pierna y yo me giré cagadisima rogando que en esta vaina no hubieran arañas peludas pero no.

Era Tobias olfateandome.

—Hola mi amoshito —me agache y lo acaricie, él se colocó patas arriba para que le acariciara la barriga y así lo hice además de que empecé a hablarle chiquitico al perrito, no se hagan las locas marditas que una vez en sus vidad debieron haberlo hecho— ¿Shabes dónde está tu papi? ¿Ño? ¿Ño shabes? No si. Eso sonó a Chávez, shabes, asco menor —me estremeci, zape gato.

Me levanté y el perro empezó a ladrar cuando la perilla de la puerta sonó. Corrió emocionado y empezó a rasguñar la puerta ansioso.

—Aquí esta el bebé de papi —empezó a hablarle chiquito al perro.

¿Vieron que no soy la única?

El perro se empezó a emocionar y a dar vueltas alrededor de él haciéndolo reír. Me parecía tierno verlo de aquella manera, adoraba a Tobías más que a nada y podía verlo en aquella sonrisa y las carcajadas que soltaba al ver a Tobías saltar por la atención de Dylan que ni había notado que los estaba mirando hasta que el perro vino hacia mí.

Se levantó de sus rodillas y sus labios curvaron una sonrisa.

—Hey, ¿Qué haces despierta? Pensaba llevarte el desayuno a la cama —se sacó la gorra de los Mets que traía y la dejó en el perchero.

Alv, desayuno en la cama, ¿Pa qué coño me paré de esa mierda?

—¿Desayuno en la cama? —Levanté una ceja— ¿Cocinaste?

Él vacilo entre decirme o no.

—Sí.

—Veo la bolsa de Subway detrás de ti, gafo —reí y él rodó los ojos sacando la bolsa— desayunemos de una vez, debo ir a mi casa a bañarme porque tengo que ir a trabajar.

—¿Te irás tan rápido?

—Dormí aquí, ¿Quieres que me mude también?

Lo seguí hasta la mesa sabiendo que intentaba ocultar una sonrisa.

—No me molestaría.

Dejó la bolsa sobre la mesa y fue a la cocina a buscar los platos mientras que yo aproveché a ver si tenía mensajes en el teléfono.

Y vaya que me sorprendí.

15 mensajes de: Teresa Kardashian y Unknown Number.

Abrí los de Teresa.

Venezuelan Girl Almighty || Dylan O'Brien Where stories live. Discover now