Ser una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...
—Chamo de pana —le dije al Jorjius al verlo entrar a mi cuarto como por quinta vez en cinco minutos— si hubiera un premio a la persona más ladilla que existe seguramente tendría tu nombre grabado.
—Soy dueño y jefe de la marca de ordenadores y teléfonos Apple y además fundador de una de las redes sociales más descargadas hasta ahora con un valor de miles de millones de dólares diario, puedo ser ladilla y detestable, eso nadie va a impedirmelo.
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Que verga tan arrecha con él, vale.
Puse los ojos en blanco.
—¿Qué quieres ahora? —ignore su comentario mientras terminaba de ponerme labial.
—Te venía a decir que el carajito ese ya está allá afuera esperándote.
Frunci el ceño.
—¿Porqué no lo hiciste pasar?
—Porque yo shippeo Thomresa —y tras decir esa vaina, salió del cuarto.
—No si.
Me di una última mirada al espejo a ver si todo estaba en orden, estaba era bella ¿Qué hablas? Aunque no sé, tengo unas ganas de teñirme esas greñas porque como que ya no la están dando pues. Tomé mi teléfono y bajé hacia la sala, mami había salido con mi tía y la vecina de al lado poray, ni idea chama así que no le paré en avisarles y antes de cerrar la puerta detrás de mí, le pegué un grito al Jorjius.
—¡Jorjius, ya me voy!
Asomó la cabeza desde arriba de las escaleras
—¡Sigo shippeando Thomresa!
Rodé los ojos y cerré la puerta, ese viejo es marico, yo lo sé chama, ése Jason Bourne debe tener cuidado de agacharse cerca de ése menor porque el Jorjius es muy capaz de quitarle el virgo del culo aunque lo niegue.
El Jeep de los gemelos estaba en frente, admito que siempre que veía el carro ese me acordaba de Patch (quien nunca conocí en clase de biología pero todavía tengo la esperanza de que se me aparezca así sea en el infierno). Abrí la puerta del copiloto y como era de esperarse, sólo venía uno de ellos.
—Hey...
—Epale vale, ¿Todo fino?
Me monté en el carro y me puse el cinturón. Les mentiría si les dijera que no estaba nerviosa, chamas. O sea, iba a salir a una cita con uno de los gemelos Harries, marica, LOS GEMELOS HARRIES, ¿Tú eres loca, menor? O sea, esos carajos eran bellisimos y Jack con ésa pinta de coquito en clases le daba ese toque de ajá chama, me encantaba horrible pero no marica, una es masoquista vale, una aquí pensando en Thomas, una aquí pensando si ésta vaina le haría sentir tristeza o arrechera.
Weno, a fin de cuentas yo sentí ambas gracias a la mmacuca de Kaya así que, que se aguante como los machos.