Segunda Noche

2.9K 228 249
                                    

Girl Next Door —Copperpot

Alicia

—Niña Bonita... si tu... Hey...—susurró sobre mis labios— ¿Quieres despertar...? He hecho el desayuno para ambos.

Marica el olor a panquecas me llegó al corazón, alv. Lo amé.

Abrí poco a poco mis ojos para que estos se acostumbraran a la claridad del cuarto y lo primero que vi fue al chamo más bello del mundo a escasos centímetros de mis labios.

—Buenos días Niña Bonita... ¿Has dormido bien?

Sonreí mientras asentía y trataba de estirarme a ver si lograba quitarme un poco el mayen.

—Huele rico, ¿En serio esperas que crea que tu solito cocinaste panquecas sin que huela a quemado?

Él me miró indignado, levanté una ceja.

—En mi defensa Teresa se ofreció de manera voluntaria y amable a ayudarme.

La sobornó, lo conozco.

—Finjamos que te creo sólo porque tengo hambre —reí. Él tomó la bandeja que estaba sobre la mesita de noche y la colocó sobre mis piernas luego de que me sentara.

Nawebona, un vaso de jugo de naranja, un vaso de leche, un plato con cinco panquecas con queso enrolladas y tostadas de banquete al lado. Este tuvo que pararse tempranito a ir a hacer la cola del punto.

Tomé la primera panqueca y le di un mordisco, si, eran de Teresa, reconozco lo empalagoso que le quedan las vainas, irónico porque esa es una amarga de mierda.

—¿Te gusta?

Asenti y le di para que mordiera, porque esa es otra vaina, desde que se enfermó y tuve que hacerle el avioncito le encantó esa vaina.

—Amor ya no tienes el rostro tan hinchado como ayer —tomé su mejilla y eleve un poco su rostro.

Él tragó lo que estaba comiendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Él tragó lo que estaba comiendo.

—No importa eso, Pau me dio una crema para los hematomas, desaparecerán en un par de días, los suficientes como para que Jeff ni los note —suspiró— lo que sí me estuvo preocupando durante la noche fue ese moretón que ése... salvaje te hizo en la cara, maldición, de sólo recordarlo me dan ganas de matarlo con mis propias manos.

Ese marvado, nojoda menos mal que no sé para dónde agarró porque pobre de él que lo vea por ahí porque le mando a Tia Maythe.

Venezuelan Girl Almighty || Dylan O'Brien Where stories live. Discover now