Venezuelan Girl Almighty || Dylan O'Brien

Advertída

Girl Next Door —Copperpot

Previamente en Venezuelan Girl Almighty...

-Aún no entiendo cómo diablos pasaste de odiarla a tratarse como si se conocieran de toda la vida.

-Facil Bombón, la Kaya es Directioner, shippea Larry, shippea Dylicia, está comprometida y de paso te estaba dando consejos para chancear conmigo, o sea, es ella en sus mejores momentos, ¿Qué hablas?

(...)

-No si.

Todos miramos a Dylan

-¡Esto es culpa tuya, mmaguevo! -señalé al Jorjius.

El Jorjius se echó a reír.

-¿Qué esperabas? Me lo dejaste aquí y te fuiste a Venezuela, este carajito y Thomas repiten las palabras nuevas que escuchan como los carajitos chiquitos, digalo ahí mijo.

-Sisa.

Pelé los ojos, el Jorjius en cambio lo abrazó por los hombros separandolo de mi y le dio un beso en la frente orgulloso

-Ése es mi hijo.

-Bien, bien, ve con Dylan y yo me devolveré a Inglaterra -escuchamos tras nosotros. Volteamos inmediatamente- Hola...

Él había regresado.

Marica hubieran visto la sonrisa de Teresa, el gato risón se quedó pendejo.

-¡Mi catire!

Teresa echó a correr hacia Thomas y sin importar tumbarlo con todo y maletas se le encaramó a la cintura sacándole una sonrisa idéntica a la de ella. Él lo primero que hizo fue abrazarla fuertemente como si de un peluche se tratara.

-Mi Honey... -rió dandole un pequeño beso- estás aquí otra vez.. te extrañé, te extrañé con locura.

-Yo también mi vida -lo abrazó e intentó ocultar su rostro en el cuello de Thomas, esa vaina sólo significaba una cosa, la marica se iba a poner sentimental.

-Hasta yo te extrañé marico.

Jorjius como siempre cagando el momento, nawebona.

(...)

-¿Entonces ya es oficial? -le preguntó Dylan.

El Jorjius asintió en su mejor pose de sifrino.

-Asi es carajito, eso quiere decir que a partir de hoy me empiezas a pedir la bendición ¿Tas oyendo?

-Erga, sería justicia que te hicieras novio de la tía catira mijo, una gente por ahí ya estaban empezando a creer que tu eras marico.

-Ah no si, el marico entonces.

Verga, es que él tampoco da el ejemplo vale.

(...)

-¿Qué verga es?

Hizo una seña que no le entendí.

Frunci el ceño.

Holland bufó y tocó mi brazo.

-Que mires quién ha llegado -susurró.

Voltee hacia la puerta y mis ojos no podían creer lo que veían. Entrando por el recibidor del restaurante este como si es que no hubiese otro de los tantos que hay en California, venía entrando Britt tirando de la mano de un chamo castaño bien bonito.