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Mordiendo su lápiz con gran nerviosismo, la chica solo pensaba en cuál era la formula correcta para poder contestar bien aquella operación, no había estudiado, y ella no lo haría, no es algo que ella normalmente haga, estudiar, leer libros sobre matemática, ciencia o alguna otra materia, es algo totalmente aburrido.

Solo quedaban cinco minutos, y en esos cinco minutos no podía contestar el examen de manera rápida y con fórmulas al azar, un seis más en su boleta y su padre definitivamente la castigaría por dos largos meses, no seises, puros nueves o dieces ¿Algo estricto no?

—Dos minutos jóvenes. —menciono el profesor mientras miraba de reojo a todos los alumnos los cuales solo se expresaban con una mirada nerviosa.

Aquella chica solo cerro sus ojos al notar que solo quedaban dos minutos, reprobaría matemáticas, reprobaría aquella materia por la que ella ha intentado mejorar. Sí, es pésima para las matemáticas.

Pasando los segundos, noto a su lado y lo vio a él, aquel chico que no ha dado ni una sola sonrisa en dos largos años, Mark Lee ahora se levantaba de su asiento para entregar el examen, si, nunca suele hablar, pero es uno de los mejores en la clase de matemáticas.

La chica solo miro atentamente como este se levantaba, pensando ella que solo entregaría su examen y se iría del salón, ella solo se quedaría pensando en que formulaba inventaba para contestar aquel examen. Odio este examen, odio matemáticas.

Más tarde, Mark dejo un papel en la butaca de aquella chica, lo cual hizo que esta se quedara sorprendida, Mark no dijo nada, este solo se tomó la molestia en tomar su mochila y salir del aula, de un modo u otro ya había acabado el examen.

La chica inmediatamente abrió aquel papel, el cual contenía las respuestas de las últimas cinco operaciones. Pero... ¿Por qué ahora es cuando Mark decide acercarse a una persona? ¿Raro no?

—Listo jóvenes, entreguen el examen y retírense por favor. —menciono el profesor mientras acomodaba sus lentes.

Suerte que la chica había copiado las respuestas rápidamente, aunque eso no era de esperar, jamás llego a pensar que Mark Lee le pasara las respuestas. Antes de que la chica saliera del salón, el profesor la detuvo esperando a que todos los demás alumnos salieran del aula, tenía algo importante que decirle a la chica.

—Min Sook, eh notado que fallas mucho en la clase de matemáticas, sé que tu padre es muy estricto con usted, pero no es de esperar de un señor como el, viene de una familia muy estricta ¿O me equivoco? —la chica negó con la cabeza—. Bien, tengo un curso especial que de seguro te ayudara a mejorar en matemáticas, cualquier información, puede ir a dirección y ahí le dirán lo demás, puede retirarse señorita Min. —menciono el profesor mientras una ligera sonrisa aparecía en su rostro.

[...]

Era descanso, por fin era descanso, Min Sook, aquella chica que es pésima para las matemáticas, se encontraba en la fila de la cafetería para tomar algo de comida, esperando desesperadamente, solo veía de vez en cuando las personas que iban saliendo de la fila.

Cruzando sus brazos y mordiendo su labio inferior, empezó a mirar a los lados, y, al mirar todo el paisaje, noto que Mark Lee se encontraba sentado en el patio de afuera, solo como siempre, luego de dos años de que sus amigos intentaran reanimarlo, nada resulto bien, por eso mismo sus amigos se alejaron de él, aunque a Mark ya no le importa, ahora es muy difícil hacerlo hablar y sonreír.

Los minutos pasaron y por fin era turno de Min, esta tomo su comida y camino tímidamente hacia Mark Lee, algunos la miraban con rareza, pero no era de esperar, todos saben que, si alguien se acerca a Mark Lee, sería como estar al lado de un fantasma, sin alguien que hable y sin alguien que por lo menos se note su respiración.

¿Qué le paso? Ni sus "amigos" saben la respuesta.

—Hola—dijo la chica con una tímida sonrisa mientras se sentaba algo cerca de Mark Lee, pero este solo la miro de reojo sin contestar o hacer alguna acción con su cuerpo—. Siento molestar, pero... ¿P-porque...me...pasaste las respuestas? Digo...jamás espere algo así de Mark Lee.

Este solo siguió sin contestar, Min trago saliva sin esperanza alguna de que Mark le contestara, ella era nueva, solo había estado un par de meses en esa escuela, pero los chismes perseguían todo el lugar.

«Mark Lee nunca ha sonreído. Dicen que hace unos dos años ocurrió una tragedia que lo dejo así de callado. No se acerquen a Mark Lee, probablemente acaben siendo un fantasma como él»

—Bueno, aun así, gracias...creí que...terminaría reprobando el examen, bueno, la materia. —rio leve para luego concentrar su mirada en Mark—. Solo venía a decir eso, gracias.

Min solo alzo su mano para tomar el cabello de Mark y sacudir este un poco. Terminando de hacer esto, la chica se fue dejando a Mark con una mirada de sorpresa, nadie después de dos años había tocado a Mark, y no lo hacían porque este no se los permitía, pero ¿Qué paso esta vez? Ni Mark sabia, no la hubiera dejar tocar su cabello.

Nadie puede tocarlo, nadie puede hablarle, el solo quiere estar solo.

-balsamicmoon

Smile | Mark 마크Où les histoires vivent. Découvrez maintenant