Jackson Smith

59.6K 4.5K 1.7K
                                    

(Leo)

Esta mañana me levanté lo más rápido que pude. Bajé a la cocina, me preparé un tazón con leche y cereales (algo que incluso yo podía preparar), y sin hacer mucho ruido salí de casa.

No quería encontrarme con Erick. Cada vez que recordaba la escena del beso me sonrojaba y volvía a ponerme nervioso.

¿Por qué dejé que me besase? —me preguntaba constantemente.

¿Podría gustarme Erick?

No, eso era imposible. Es cierto que me sentía raro estando cerca de él y cada vez que me tocaba sentía un extraño hormigueo, pero no me gustaba. A mí no me gustaban los hombres, no era gay, detestaba al estúpido rubio, y tenía claro que no pensaba enamorarme nunca; así que lo más seguro es que fuese otra cosa.

Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no noté cuando había llegado Peter.

—Buenos días, chico que me manda un mensaje a primera hora de la mañana para que lo acompañe a clase —dijo el pelirrojo atropelladamente.

Hice una especie de gruñido a modo de respuesta y comenzamos a caminar.

Le había enviado un mensaje pidiéndole que me viniese a buscar, ya que todavía no era capaz de recordar el camino a clase, y rotundamente no pensaba ir con Erick.

—¿Qué te pasa? —dijo Peter después de estar un rato en silencio.

—En realidad nada —contesté—. Bueno... la verdad es que hay algo que te quiero preguntar.

Peter asintió y me miró atento.

—A ver... como decirlo —comencé a hablar—. Tú... alguna vez... ¿has estado enamorado?

Peter se paró en seco y me miró sorprendido. En realidad yo estaba más sorprendido que él.

¿Por qué había preguntado eso? Ni siquiera me había parado a pensarlo seriamente, la pregunta había salido así, sin más.

—A ver... no es lo que piensas —hablé viendo que Peter no tomaba la palabra—. No es que yo lo esté ni nada parecido, no tengas ideas extrañas. Es solo... es solo que estoy escribiendo sobre una estúpida pareja de enamorados y me preguntaba si podrías decirme algo sobre el tema. Sí, es solo eso —reí nervioso.

Peter sonrió y me lanzó una mirada acusadora.

—Claro, claro. Primero me mandas venirte a buscar porque no quieres saber nada de Erick, y después me preguntas si estoy enamorado —se cruzó de brazos—. ¿Ha pasado algo de lo que no estoy enterado?

Al nombrar a Erick volví a recordar la escena del beso y me sonrojé. Aparté la vista y me dispuse a hablar.

—Cla- claro que no —balbuceé—. ¿Qué cosas dices? Ya te he dicho que solo son datos para escribir un libro.

Colors of the Soul ©Where stories live. Discover now