Aunque el mundo se derrumbe

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(Leo)

Tragué saliva.

Mi cuerpo temblaba y era incapaz de moverme.

Aquella sonrisa torcida, hacía que mi cuerpo se paralizase por completo.

—¿P-por qué estás aquí? —hablé al fin.

Él sonrió aún más, y después de ponerle el seguro a la puerta, se acercó dando pasos lentos a la cama.

—¿No te alegras de ver a la persona que te sacó de ese río, y después llamó a urgencias? —ensanchó aún más su sonrisa—. Bueno, también hice que te resbalases y cayeses dentro del agua, aunque esa no era mi intención.

Me quedé aún más confundido que antes.

—Tú... ¿fuiste tú la persona de la capucha? —pregunté intentando que no notase el miedo en mi voz—. ¿Qué se supone que hacías allí?

Alexander rodó los ojos, y se sentó en la silla en la que Erick había estado sentado hacía tan solo unos minutos.

—En realidad —comenzó a hablar—, el hotel al que fuisteis pertenece a la cadena de hoteles de mi familia. Mis tíos, es decir, los padres de Elenna, me dijeron en cuanto volví a la ciudad que ibais a ir allí en un viaje escolar, así que decidí aprovechar la ocasión —se cruzó de piernas—. Quería hablar contigo. Pensaba disculparme por todo lo que te hice sufrir durante estos años. Incluso le mandé un mensaje a mi prima para decirle que me ayudase a encontrarme a solas contigo, pero la muy bruja me ignoró por completo.

Se levantó de la silla y se sentó en el borde de la cama.

No sabía que hacer. Solamente podía seguir temblando, e intentar arrastrarme poco a poco hacia el otro borde de la cama.

—Cuando por fin llegué —siguió hablando—, vi como los hermanos Ross y el chico rubio de la otra vez hablaban entre ellos. Me enteré de que habías salido corriendo a quién sabe dónde, pero cuando escuché que el chico rubio era tu novio, un sentimiento extraño recorrió todo mi cuerpo —se acercó aún más a mí y yo solo pude encoger mis piernas—. Decidí buscarte por el bosque, ya que era el único lugar que ellos no habían mirado todavía; y cuando pensé que no estarías allí, te vi. No quería que me reconocieses de momento, así que me puse la capucha de mi sudadera para intentar ocultar mi rostro, pero cuando me acerqué a ti, te asustaste y comenzaste a forcejear conmigo. Después de eso, resbalaste y caíste al agua —su mirada se ensombreció—. Para cuando te encontré ya estabas inconsciente. Intenté reanimarte después de sacarte del río, pero al no tener éxito no me quedó más remedio que llamar a urgencias.

Se puso de pie de nuevo sin apartar la vista de mí ni un segundo.

—Cuando llegaron los médicos, mi prima fue una de las primeras en llegar allí también, y al verme, me agarró del brazo y me alejó llevándome de vuelta al hotel —suspiró—. En realidad estaba asustado por si te pasaba algo. Pero después vi a ese chico rubio correr hacia ti. Ese doloroso sentimiento volvió a alojarse en mi pecho, y fue cuando comprendí que ese idiota te había conquistado antes que yo.

Colors of the Soul ©Where stories live. Discover now