Fiesta con sabor a vodka

56.2K 4.5K 1.5K
                                    

(Leo)

Después de que Jackson descubriese mi secreto, no se había separado de mí en ningún momento. Parecía llevarse bien con Sarah y con Sophie, así que tenía que aguantarlo todo el día en clase y en los recreos.

Había prometido no contarle mi secreto a nadie y no había vuelto a hablar del tema, pero aún así no podía confiar en él del todo.

Después de acompañar a Erick a los entrenamientos, e intentar estar calmado a su lado sin ponerme nervioso cada vez que recordaba la escena del beso, tuve que volver a casa de Jennifer.

Jackson me acompañó todo el camino, algo lógico ya que vivía en la misma casa a la que me dirigía.

Después de hablar con Jennifer, y sin hacerle ningún caso al pesado de su hermano, llamé a Gabriel para que me fuese a buscar.

Cuando llegamos a casa, me senté en la mesa a cenar con todos, y aquí estaba ahora, observando como Erick me fulminaba con la mirada sin saber el por qué.

No me había vuelto a decir nada desde que me fui con Jackson. Por una parte lo agradecía, ya que así, al no tenerlo tan cerca, podía dejar de pensar en las cosas raras que sentía por él. Por otro lado, el que mirase de esa forma tan distante dolía un poco.

—Nosotros nos retiramos —dijo la señora Sullivan bajándome de las nubes—. Solo quiero recordaros, que aunque os quedéis solos, si pasa algo no dudéis en llamarnos.

—¿Qué nos iba a pasar? —inquirió Erick con una enorme sonrisa.

Después de eso, el estúpido rubio y yo nos quedamos solos en el comedor.

Estar a solas con él hacía que me pusiese nervioso y me sudasen las manos.

—¿Y... que tal hoy? —pregunté intentando romper la incómoda atmósfera.

—Oh, ¿de verdad de interesa? —preguntó sarcástico y molesto.

Estaba algo confundido. ¿Por qué narices me hablaba ahora así?

—¿Por qué no hablamos de lo que has hecho tú hoy? —volvió a preguntar—. ¿Cuantas veces has follado con ese nuevo noviecito tuyo?

—¿Qué? —pregunté incrédulo—. ¿De qué estupideces estás hablando?

Erick sonrió burlón y se levantó de la mesa acercándose a mí.

—¿No te fuiste a su casa toda la tarde? Me imagino que lo habrás hecho con él más de una vez, ya que está todo el día pegado a ti —me agarró del mentón y elevó mi cabeza hasta que nuestras miradas se encontraron—. Parece que te gustó nuestro beso, ya que decidiste repetir experiencias con el imbécil ese.

¿Pero qué estaba diciendo? ¿Cómo iba a hacer eso con Jackson? Solo había ido a su casa porque tenía que hablar con Jennifer, no iba a hacer ninguna de esas cosas ni con él, ni con nadie... bueno, me había besado con Erick, pero eso era totalmente distinto.

Colors of the Soul ©Where stories live. Discover now