Voló

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Decidió caminar más rápido y se dio cuenta que sus pies ya no tocaban el pavimento, volaba, se sentía ajena a la tierra, ya no pertenecía a nada, se había desecho de su ridículo disfraz. Entonces desde allá, muy arriba, pudo volver a encontrarse, a suspirar sin remordimientos, a gritar sin pensar en la locura.  

Conocía desde hace mucho ya, que su piel había estado marcada por grandes y pequeños momentos y que cada uno de ellos tuvo tintes de melancolía porque nunca supo cuando estuvo feliz y cuando todo había sido mentira. Entonces, la piel ya no era piel, desde lo alto se había convertido en cristal, y la mentira se había pedido.  

Todo se veía tan diferente, todo era tan despreciable y terrenal que estar lejos le devolvía la vida. Era como el olor de los libros viejos, esos libros que habrían pasado por las mentes de miles, todo era así, perfecto.  

Nunca más tuvo que pedirle permiso al pasado porque el tiempo se fue esfumando poco a poco, la noche y el día ya no determinaban nada, solo iban de visita. Ya no tuvo que regresar a casa, su lugar era ese, definitivamente era el hogar que su soledad siempre había anhelado. Voló.  


PUNTOS SUSPENSIVOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora