PUNTOS SUSPENSIVOS

Hasta dónde ser capaces

De amar hasta que el tiempo sea una metástasis de sentimientos encontrados ,
de conocer nuestro cuerpo y el riesgo que podemos correr,
de dejar de ver las cosas como son, de verlas como podrían llegar a ser,
de fingir como si nuestra sombra no registrara la hipocresía,
de convencer al dolor de ser el único que nos acerque a la realidad,
de intoxicar el alma prefiriendo maquillar la piel,
de poder detener las firmas y confiar en la palabra,
de dar el primer paso antes que el mundo borre las huellas,
de darle a las cicatrices el valor de la lucha constante,
de experimentar riesgos que nos puedan regalar nuevos recuerdos,
de enfrentar los miedos convertidos en personas que merecen ser intimidadas con las palabras,
de caminar de la mano de las decisiones del amor,
de reconocer que las lágrimas son cristales líquidos valorados en riqueza emocional,
de alterar el orden y enfurecer a la calma buscando el costo de la felicidad,
de dar todo lo que esté en nuestras manos para convencernos de nuestra fortuna,
de dejar de mirar a los ojos a través de un filtro en el que el dinero este por encima de todo,
de disfrutar el camino pero cuidando los pasos,
de jugar con las sonrisas pero no con el corazón,
de ser vida en otros pero no para los otros sino para nosotros mismos,
de abrazar con el pulso de los latidos y no con la frialdad de la impotencia.
Hasta donde ser capaces entonces de discutirle a la vida la vergüenza de una sociedad con máscaras espléndidas que están diseñadas para dejar de mostrar la esencia del alma y pintar inútilmente las fachadas del futuro.