Rebelión

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Moverse en terrenos oscuros es hablarle a la vida en otro idioma, es capturar de diferentes maneras la locura presente en la cordura. Las barreras de la desigualdad han congestionado la urgencia de equilibrio, y el umbral del dolor está en su punto máximo. Entonces, el virus de la arrogancia corrompe a medio mundo, y los inmunes se salvan desde el alma, porque la vacuna no existe.
Armar de valor a un pueblo, ha de ser el motivo de muy pocos para acercarlos a la realidad, crear una convergencia entre las dificultades y los propósitos de volver a vivir serían el resultado de una obra maquiavélica para los opresores. La condición humana restringida a un oído podría verse envuelta en los ruidos de la verdad.
Y como arma de doble filo podemos pasar de la sedición a la insurgencia en un campo en el que las minas del dolor atacan con vida propia, en donde la conciencia de la mutilación abunda y la palabra "víctima" corre el riesgo de ser olvidada. ¿Cómo lograr entonces reconocernos como víctimas directas?, porque hablar de victimas indirectas es tan egoísta como dejar de reconocernos a nosotros mismos.
Y en contacto con la misericordia de nadie, volveremos a ser todo, para que podamos volver a pensar que con la resurrección de la carne resucita la pasión de las almas, el suspiro de los huérfanos y la bondad de los cuervos. Que empezarán a andar los motivos de supervivencia por si solos y se conseguirá que la autonomía sea el arma contra la democracia de humo y el agua que falta en el desierto la escupan los de la ciudad.

PUNTOS SUSPENSIVOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora