Luego de la muerte del Vikingo Ragnar Lothbrok, sus hijos buscarán aliados para la venganza contra los sajones cristianos, causantes de la muerte de éste.
Viajarán hasta el Reino de Viken, en busca del reconocido guerrero Viggo y su ejército. Lo qu...
Aclaración: En esta historia, Lagertha no asesina a Aslaug hasta después de que los Ragnarsson parten a Inglaterra.
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— Aún no lo puedo creer. Seguramente se llevaron una buena impresión de ti, Lena.
Ingrid, mi mejor amiga y una de las mejores doncellas escuderas que tenía mi ejército, se burlaba de mi luego de contarle la bochornosa situación que viví ayer en la tarde, cuando Floki, el constructor de barcos, nos encontró a Ivar y a mí, besándonos...bueno, de manera bastante comprometedora.
— No quiero hablar más de eso ¿Si? Mejor prepárate y hazme el favor de decirle a nuestro grupo que en dos días partiremos a Kattegat, para luego ir con el gran ejército a Inglaterra. — mi amiga asiente sonriente. Esto sería toda una aventura para ambas. — Y recuerda que nadie debe saber de nuestra partida, por eso partiremos de noche.
— Lo sé, Lena. ¿Pero sabes en los líos que te meterás cuando vuelvas? Digo...no sólo te robarás barcos y guerreros, sino que todo lo harás en secreto para que ni el rey Einar ni Bard lo sepan — sé que intenta aconsejarme, pero no hay vuelta atrás con mi decisión. Es mi destino seguirlo, mi madre me lo dijo.
— No me importa lo que diga el rey.— digo de manera despreocupada. Es que en verdad no me interesaba.— De una manera u otra terminará entendiendo. Y Bard...pobre Bard. Si triunfamos allá, no tiene ni idea de lo que le espera cuando vuelva.
— ¿Te vengarás al fin?
Mi mente viaja al momento en el que Olson, mejor amigo de mi padre y uno de los mejores guerreros de Viken, llegó al hogar que compartía con mi padre.
Flashback
El relinche de un caballo me saca de mi tarea diaria de afilar mis armas. Salí esperanzada a darle la bienvenida a mi padre, quien había partido hacia una batalla entre Viken y el reino continuo por un problemas de tierras. Mi padre dirigía el ejército de mi reino, y estoy eternamente orgullosa de él. Pero la noche anterior, donde mi madre se me había presentado una vez más, me había dicho que debía ser fuerte, y que tanto ella como los dioses, estarían de mi lado. Toda ilusión se esfumó al abrir la puerta y encontrarme sólo con Olson, mano derecha de mi padre.
— Lena...— dijo apenado.
Mis ojos ya se encontraban llenos de lágrimas amenazantes a caer. — Dime que mi padre está hablando con el rey, Olson...
— Me encantaría decirte eso, mi niña.— Siempre se había comportado como un segundo padre conmigo, al ver su mirada triste y su cabeza cabizbaja al darme tal noticia, sé cuanto le duele mirarme a los ojos.
— ¿Cómo fue? — mi voz ya estaba notablemente cortada.
Olson suspira fuertemente — Bard. Le salvó la vida a Bard y el muy cobarde huyó dejándolo morir por su culpa.
