Luego de la muerte del Vikingo Ragnar Lothbrok, sus hijos buscarán aliados para la venganza contra los sajones cristianos, causantes de la muerte de éste.
Viajarán hasta el Reino de Viken, en busca del reconocido guerrero Viggo y su ejército. Lo qu...
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Narrador
La imagen muestra a una Lena diferente a la última que se vió llevándose al culpable de la muerte de su padre.
Lena Viggodóttir se encontraba en uno de los drakkar de Viken, sentada sobre uno de los bordes del barco con la mirada fija en las tierras que venian a defender.
Kattegat.
Lena ha cambiado no sólo por dentro, sino también su aspecto. Había cambiado su peinado, trenzándose parte de su pelo y dejando una larga cola de caballo, mientras que lucía un tatuaje en forma de tribal en el bisep de su brazo derecho, claramente con un águila escondido en él.
Su rostro ya había dejado de ser el de una tierna joven. Había cambiado para convertirse en el rostro no sólo de una mujer que lideraba un ejército, sino también, el de una leyenda. De esas que se les cuentan a los niños para que tengan respeto por sus dioses.
Por todas las tierras nórdicas se contaban historias acerca de la "hija de Freyja". La hija de la diosa que había heredado el don del amor y la dulzura como su madre pero sin embargo, poseía el espíritu de toda una Valkiria.
Se decía que Lena, luchaba y mataba para satisfacer a su Dios Odín bañándose en sangre enemiga. Se oía por todos lados que los dioses la protegían, para mostrarle a todos los humanos que nadie debía de despertar su ira.
Y aunque se contaban cientos de historias acerca de los logros en las batallas y el coraje que poseía, así también se contaba la leyenda del amor entre la hija de Freyja y el heredero de Odín.
El menor de los hijos del gran Ragnar Lothbrok, Ivar "El Deshuesado" había roto el corazón de la semidiosa y su engaño fue el motivo por el cual Lena se había unido al ejército de Lagertha, su hijo, Bjorn Ironside y Ubbe Ragnarsson, el propio hermano de Ivar.
Nadie sabía como seguiría su historia de amor, ni que pasaría después de la batalla, pero lo que todos decían era que ambos, se amarían hasta el final de sus vidas, pasase lo que pasase, porque los dos estaban destinados a unirse, en vida o en el mismísimo Valhalla.
Se decía que su amor era pasional y celoso, que no habían tenido restricciones ni límites en su forma de amarse, pero que se habían alejado demasiado pronto.
Un amor así debía continuar.
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Narra Lena.
Sentada en el borde de uno de nuestros drakkar con mi vista pegada al tranquilo mar, mi mente viajó hacia lo que había sucedido hace días.
Después de tanto tiempo deseándolo, logré cobrar venganza por la muerte de mi padre, asesinando de manera cruel y excesivamente lenta a quien fuese el culpable de su fallecimiento. Bard, el cazador.
No cabe recordar los detalles, ya que me basta decir que me sentí realmente satisfecha una vez que Bard había dejado de respirar.
Lo hice sufrir, pedir perdón, rogar por su vida y hasta lo hice tener esperanzas de vivir... ¡Qué iluso!
