•• Capítulo 16 ••

7.1K 483 52
                                    

Los días transcurrieron y el momento de la batalla llegó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Los días transcurrieron y el momento de la batalla llegó. Un ejército cristiano se acercaba a York tratando de entrar por un pequeño agujero en uno de los muros que rodeaba a la ciudad. Mi gente y yo atacaríamos junto con Ubbe y Hvitserk, ya que Harald había vuelto a sus tierras, o al menos eso dijo. No creo ni una palabra que sale de él, mientras Ivar no dió pista alguna de que es lo que haría.

Se encontraba parado con sus muletas, encapuchado y sonriente, observando desde un segundo piso a los pocos sajones acercarse.

—¿Tú qué harás? — le pregunté alistando mis armas, mientras él se encontraba de espaldas a mí, aún con sus ojos puestos en lo que sucedía afuera.

Se giró a penas para observarme de pies a cabeza, provocándome un leve escalofríos en todo mi cuerpo como cada vez que sus ojos azules se enfocaban en mí. — Me quedaré aquí...contigo.

Reí ante eso — Sabes que eso no es verdad.

Resopló cansado de mi actitud, ya que veníamos discutiendo esto hace días — Lena...tu ejército saldrá igual a atacar. Tú no necesitas estar ahí. — ante mi silencio decide continuar. — N-no quiero que nada malo te suceda.

Sus últimas palabras salieron casi como un susurro de su boca.
Quería protegerme, lo sé. Pero lo único que lograba al tratar de retenerme era que mis ganas de luchar se acrecentaran.

Me acerqué a él con una pequeña sonrisa de labios cerrados, acariciando suavemente su pelo. — Nada malo me sucederá, Ivar. Y en todo caso, si sucede, es mi destino. Nada podrá cambi...—

— Tu destino es estar junto a mi. Tu destino es ayudarme a calmar el odio que llevo dentro mío, Lena. — sus palabras salían con ¿enojo? — ¿Por qué no puedes quedarte? ¡¿Por qué por una maldita vez no puedes hacerme caso?!

— ¡Porque tú no me mandas, Ivar!— contesté de la misma manera que él— Porque como soy libre para quererte, soy libre para hacer lo que más me gusta, y aparte de estar contigo, lo que más me gusta es luchar. — una pequeña sonrisa forzada se formó en su rostro, pero sabía que aún no estaba convencido. Lo besé tiernamente, mientras continuaba acariciando su cabello — Los dioses están con nosotros, mi amor, todo saldrá bien. Volveré en un rato.

Los días y las noches que estábamos viviendo juntos nos servía para darnos cuenta de cuanto estaba creciendo este sentimiento tan acelerado y gigante que crecía entre nosotros.

**

Nuestra idea era tapar todas las salidas de los cristianos, y poco a poco ir acorralándolos en su lugar. Los encerramos, le dimos una lluvia de flechas y nuestros guerreros fueron terminando poco a poco con ellos, y yo, aunque estaba algo herida aún seguía en pie.

Pero todo mi mundo cayó, cuando ví como Olson estaba siendo derrotado por un sajón.
Mi corazón se detuvo con cada golpe proporcionado y sentí como me costaba reaccionar ante lo que sucedía.
Sin pensarlo dos veces, corrí hacia ellos. Olson se encontraba en el piso, desarmado, herido y notablemente inconsciente, mientras el maldito cristiano estaba de pie ante él, sonriente y desenfundando la espada para terminar con quien había sido un padre para mí.

La Hija De Freyja • Ivar The Boneless •Where stories live. Discover now