El fin justifica los medios

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El tren estaba abarrotado como todos los años; los merodeadores le habían pedido que viajara con ellos, o al menos lo habían hecho James, Remus y Sirius, sin embargo la muchacha había tenido que rechazar la oferta y caminar, con la cara larga, hasta el compartimento donde se habían acomodado las chicas junto a Teddy.

Cass se sentía incómoda, como si su corazón estuviera latiendo a un ritmo que no le correspondía. Sus manos sudaban y se sentía mareada, como si estuvieran presionando su cabeza y esta fuera a romperse como el cascarón de una nuez. Se tronó la espalda, intentando relajarse bajo la atenta mirada de Dora con las cejas juntas y Teddy en brazos.

-¿te sientes bien Cass?- preguntó de repente, la muchacha le dio una mirada que significaba, claramente, "no" pero asintió con la cabeza, acomodándose en su asiento y volviendo a bajar la mirada al libro que tenía entre las manos sin poder concentrarse en las palabras.

-iré a buscar a la señora del carrito ¿quieren algo?- preguntó Lily saliendo del compartimento con todos los pedidos en la mente y los galeones en la mano.

-¿qué es?- preguntó en un susurro Dora, viendo que la morocha volvía a moverse, incómoda en su lugar.

Entonces se oyó un ruido fuerte y el tren se detuvo por completo.

Cass llevó sus ojos a los de su amiga cuyas orbes castañas se habían abierto de forma sobrenatural debido al miedo. Ahora lo entendían ambas: la incomodidad de Cass, la tranquilidad luego de la destrucción de horrocrux, lo entendían todo; era la venganza y no podrían hacer mucho más que un débil contraataque intentando proteger a los estudiantes más jóvenes.

-¿lo sabías?- preguntó Dora abrazando a Teddy con más fuerza contra su pecho.

-lo suponía- respondió Cass saliendo del compartimento con rapidez e internándose en el contiguo. Paseó su vista por los pequeños rostros hasta reconocer a una niña, la tomó del brazo y la obligó a levantarse, saliendo del compartimento en completo silencio y empujándola al suyo-. Dora, dale a Teddy- ordenó viendo el preocupado rostro de su amiga-. Desaparece con ellos hacia Honeydukes y hazla entrar otra vez al colegio, y luego vuelve a por más niños. Tenemos que llevar a Hogwarts a todos los que podamos ¿me oyes? Tú, Eleanor, quiero que corras hacia el despacho del director o a por Mcgonagall y avises que están atacando el tren. Y cuida de Teddy- continuó hablando antes de empujarla hacia Dora quien no tardó en seguir las instrucciones de su amiga.

Varios estallidos se produjeron uno tras el otro; los mortífagos estaban apareciendo, rodeandolas. Cass sacó su varita del pantalón y se preparó, apuntando a la puerta antes de ver a sus otras dos compañeras de clase, ambas acuclilladas en una esquina, tiesas del miedo, haciéndola negar con la cabeza.

-saquen las varitas, ambas- anunció volviendo a girarse, un segundo antes de que se abriera la puerta del compartimento mostrando un rostro cubierto por la máscara.

-sectum- dijo el hombre pero la muchacha esquivó el hechizo con envidiable facilidad y contraatacó con un movimiento de varita. "Fractonis" pensó Cass y dos huesos asomaron por el antebrazo del mortífago a quien se le hizo difícil apuntarla con la varita.

-desmaius- dijo esta vez la muchacha, calmadamente arrebatándole la varita de la mano y dejándola otra vez a un lado del cuerpo, rota irreparablemente en dos trozos.

Entonces Dora reapareció en el vagón haciendo que Marlene diera un alarido de terror antes de echarse a llorar; Cass le dedicó un par de ojos en blanco y se acuclilló delante de la muchacha.

-deja de llorar- ordenó Cass en un susurro amenazante justo frente al rostro Marlene-. Ya no eres una niña asique no actúes como una y prepara tu varita- volvió a hablar enderezandose para salir del compartimento y dar un vistazo a lo largo del vagón.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora