Lo más cercano a un hogar

803 85 15
                                    

El banquete de despedida podría haber sido precedido de un día de nostalgia, sin embargo, y teniendo en cuenta todo lo que había ocurrido los últimos días, los merodeadores decidieron que lo más sensato era no arriesgarse y lo transformaron en una tarde llena de risas y travesuras.

Sirius, Remus y James habían vuelto a tener 12 años por lo que secuestraron a las cuatro muchachas de Gryffindor de último año con la ayuda imprescindible de Teddy y comenzaron a mostrarles todos los sitios que jamás habían conocido.

-No se los he preguntado luego de lo del tren pero ¿cómo es que saben todo esto?- preguntó Lily de repente, pocos pasos antes de llegar a la casa de los gritos, luego de haber comprado la merienda en honeydukes gracias al pasadizo de la bruja tuerta.

-¿les decimos?- preguntó James con una sonrisa traviesa. Sirius se encogió de hombros, como diciendo que le daba igual, Remus los observó abriendo los ojos como platos y negó con la cabeza, creyendo que sus amigos se habían vuelto locos.

-no creo que sea ESO lo que quiere decirles lunático, aunque no veo ningún problema para que se los digamos. Pero eso es cosa tuya, yo tampoco pienso contar la otra cosa- habló Sirius, haciendo que las muchachas arrugaran la frente sin entender, solo dos de ellas sabían de qué estaban hablando.

-bueno, a mi no me importaría decirlo todo- comentó James- de todas formas son dos y de fiar.

-si Cornamenta, pero quiero conservar mi vida y, supongo que tú, la tuya así que yo no cometería esa estupidez hasta que no esté atada a tu vida- volvió a hablar Sirius pues sabía que Lily los maldeciría de gravedad como se enterara de que eran animagos no registrados.

-no lo hará Canuto, ¿o no que no nos matarías Lily?

-supongo que no- dudó la pelirroja- ¿debería preocuparme?

-Lily si sales con alguno de esos tres tarados deberías preocuparte por tu salud mental, lo digo por experiencia- habló Cass, dejando que Sirius se escondiera detrás suyo.

-¿tú me protegerás verdad?- preguntó Canuto desde su escondite.

-dalo por sentado- respondió ella revolviendo su cabello y haciéndolo alejarse.

-¿tú que dices Lunático? sin tu permiso mantendremos la boca cerrada- dijo James.

-pero ten en cuenta que lo descubrirán algún día- agregó Sirius haciendo que Remus asintiera, finalmente-. Primero que nada, creo que deberían sentarse.

-Bienvenidas a nuestro centro de comando- dijo James abriendo la pequeña portezuela hacia la casa de los gritos-. No se preocupen, no hay ratas- aclaró con doble sentido que solo seis de ellos pudieron entender.

Cass y Dora entraron primeras, a ninguna le llamó la atención porque ya habían estado allí antes varias veces; Marlene y Lily, en cambio, pusieron cara de asco y horror y se mantuvieron en sus propios pies, no les parecía saludable tocar alguna superficie de esa casa que parecía estar a punto de caerse sobre sus cabeza.

-te prometo que no hay nada insalubre aquí, solo está un poco sucio- dijo James con seguridad, convenciendo a Lily de que se sentara sobre la cama con Cass, Dora y Teddy. Marlene la siguió intentando entrar en el menor contacto posible con el colchón probablemente mohoso.

-¿saben como nos ganamos el nombre de Merodeadores?- dijo entonces James, entusiasmado.

-porque nunca estaban donde debían estar- respondió Lily con rapidez- y eso solía significar mal augurio- agregó, haciendo que las muchachas rieran.

-si, pero a pesar de todas las que nos hemos mandado, pocas veces nos atraparon- replicó Sirius.

-los atraparon mil veces, no me extrañaría si les dan un premio por ser quienes más tiempo pasaron en detención- corrigió esta vez Marlene.

DarknessWhere stories live. Discover now