Darkness

Parte 2: ...estén de acuerdo con tener sexo

Sirius avanzó hacia su novia lentamente, viendo directamente hacia sus ojos claros. Ella tampoco apartó su mirada, sino que disfrutó de la profundidad de los ojos grises del hombre y de la anticipación y tensión que veía en ellos.

Cass sabía muy bien lo que provocaba Sirius físicamente en su cuerpo, quizás "la nueva Cass" no había tenido sexo antes pero si se había tomado el trabajo de conocerse a sí misma y podía reconocer las sensaciones; también podía hacer muchas cosas al respecto.

La muchacha se mordió el labio inferior, recostandose mientras Sirius se acercaba a ella, con su rodilla sobre el colchón, las manos a ambos lados de su rostro, contra la almohada, y las sábanas separando sus cuerpos desnudos.

Lo que ninguna de las dos Cass sabía, una por no conocer realmente a su novio y la otra por no haber tenido el tiempo de descubrirse, era qué provocaría en Sirius que ella se tocara frente a él y aquella duda, que acababa de convertirse en existencial, no era algo que la nueva Cass fuera a dejar pasar.

Introdujo, no totalmente decidida aún, su dedo corazón en su boca; tampoco creía necesitar demasiada lubricación, pues su cuerpo estaba increiblemente preparado para tener sexo. Su mano hizo todo su camino hacia abajo y se deslizó fácilmente hacia su interior. La nueva Cass sabía exactamente que hacer lo que estaba fascinado un poco a la muchacha del pasado, sin embargo, la más joven no se sentía tan cómoda y segura al tener espectadores; aunque el espectador solo fuera Sirius.

Él, por su parte, se contenía tanto como le era posible pues notaba los nervios de la muchacha como si fueran los propios, sin embargo no podía pensar en otra cosa que no fuera hacer las sábanas a un lado. Sirius, en todas sus vidas, había recogido muchísima experiencia y no había muchas cosas que lo tomaran desprevenido, la mezcla que estaba presenciado entre las dos Cassandras, no obstante, no dejaba de sorprenderlo y las actitudes lanzadas que su novia había adquirido desde su fusión realmente lograban descolocarlo; descolocarlo y excitarlo como pocas chicas lo habían hecho antes, pues incluso cuando el sexo con Cass siempre era bueno, aquello estaba superando sus propias expectativas y sin poder pensar en mucho más, la beso; no para iniciar una larga sesión de besos que los distrajera del camino que estaban tomando, sino para sentirla, permitirse creer que ella continuaba allí, con él, y que todo eso realmente estaba pasando.

Poco después se apartó, dispuesto a dejar que ella continuara con su trabajo. Lo que él no había notado aún era que Cass había decidido que estaba lista para agregar otro dedo.

Un suspiro se escapó de sus labios, llamando la atención de Sirius como si le estuviera pidiendo que la besara otra vez. Pero él estaba listo para contenerse aquella vez, para observar sus ojos color cielo con las pupilas dilatadas, sus labios rojos siendo brutalmente mordisqueados y su pecho, ligeramente cubierto por la sabana, que subía y bajaba erráticamente debido a su respiración inestable.

Cass dudó entonces; ninguna de ellas, nunca, se habían animado a introducir un tercer dedo, sin embargo ambas sabían que era muy posible. De lo que no cabía ninguna duda era de que no podría hacerlo sin abrir las piernas mucho más de lo que ya las había abierto y Sirius ya estaba demasiado cerca como para pretender no rozar su miembro si ella comenzaba a masturbarse. Si era una buena idea o no podía dejar que lo decidiera él por lo que Cass siguió sus instintos, probablemente influenciada por la más joven de las dos, y escuchó un sugerente gruñido por parte de su novio.

Sirius se sorprendió a sí mismo siendo lo suficientemente fuerte como para no darlo todo por perdido y finalmente tener desesperado sexo de reencuentro con la antigua Cass, luego vería como arreglar las cosas con la nueva "personalidad" de su novia. Lo que finalmente hizo fue, simplemente presionarse un poco más contra la mano de su novia antes de juntar la voluntad necesaria para separarse y dejarla continuar.