Nadie supo cuánto le estaba doliendo

1K 100 15
                                    

El sábado comenzó la temporada de quidditch con el primer partido: Gryffindor contra Slytherin; y si Cass y Sirius aún no sospechaban que a James le ocurría algo extraño, lo notaron claramente entonces pues, al contrario de lo que ocurría siempre, Cass tuvo que despertarlo a los almohadazos para que no se perdiera el partido. Sin embargo, James se negó a aceptar que algo iba mal y se esforzó para que no volviera a ocurrirle centrándose completamente en el partido.

Siempre había sido bueno en quidditch, todos sabían que mientras él estuviera en el equipo nadie lograría ganar la copa a menos que fuera Gryffindor por lo tanto nadie debería haberse admirado al ver volar al capitán del equipo con la quaffle bajo el brazo derecho, inalcanzable no solo por su velocidad sino también porque Cass lo cubría de cualquier ataque. No obstante, la sorpresa era genuina, James jamás había jugado tan bien.

Esa noche la sala común de Gryffindor era un hervidero de alumnos cotilleando, la fiesta era igual a todas las anteriores sin embargo se notaba algo en el ambiente que no estaba como siempre. Luego de todo el griterío en el campo, a Cass le dolía la cabeza y había decidido encerrarse en el cuarto de los muchachos junto a Sirius; allí, con el espacio silenciado, discutían sobre James y que iban a hacer con él si continuaba de esa manera.

Lily observaba a James desde una de las mesas más alejadas, estaba distinto. Lo sabía porque luego de tantos años de tenerlo taladrando su cabeza, lo conocía bastante bien; al principio había creído que era simple madurez pero luego de unos días lo había descartado. No estaba madurando, estaba triste y a ella no le agradaba verlo mal; quizás era que nunca antes había estado así, quizás que siempre hacía reír a todos, quizás que comenzaba a gustarle que se esforzara para hacerse notar pero su ausencia se sentía.

Lo veía morreandose con Jeanette, una de las niñatas bobas de quinto curso que habían estado tras él tan pronto como lo habían visto, una de las que lo habían animado a ser un estúpido inmaduro, una muchacha que no era para él; de eso estaba completamente segura, James no necesitaba a alguien más inmaduro que él, eso solo lo llevaría a peor. Se dijo que no debía importarle, se levantó de la silla y se hizo un pequeño ovillo bajo las sábanas, oculta a los ojos de todos.

James despertó con un horrible dolor de cabeza el domingo, entendía poco y nada de lo que pasaba a su alrededor, del nerviosismo de Remus, de las caminatas arriba y abajo de Sirius, de la repentina desaparición de Cass a quien estaba seguro de haber visto dormir en la cama de su perruno mejor amigo. Se sentó sobre la cama con cuidado, temiendo vomitar lo que fuera que había decidido tomar la noche anterior y miró a sus amigos uno a uno, descubriendo a Peter, sentado sobre su cama.

-¿chicos? ¿qué ocurre?- preguntó en un susurro, sintiendo un fuerte dolor en la cabeza luego de que Sirius diera un aplauso a la nada, a forma de protesta.

-Teddy, no está- informó Remus.

-y hemos revisado todas tus cosas pero el mapa no está en ningún sitio- aclaró entonces Sirius para que James comprendiera su enojo.

El mago de anteojos se levantó de la cama tan rápido como buenamente pudo lo que fue, sinceramente, increíblemente lento y comenzó a revolver sus cosas intentando recordar dónde lo había guardado por última vez. Se extrañó al saber que Sirius no lo había encontrado, normalmente lo guardaban siempre en el mismo sitio: junto a la capa, pero al parecer, no estaba allí.

-Pete, ¿no me lo has pedido tú la última vez?- preguntó de pronto, dejando de buscar entre sus cosas y mirando a su amigo con los ojos entrecerrados por la gran cantidad de luz.

-no- se apresuró a decir-, yo te lo devolví luego de usarlo- se defendió rápidamente, enfadado porque dudaran de él.

James se encogió de hombros y continuó buscando junto a Remus; Sirius, en cambio, frunció las cejas, algo no le gustaba de la actitud de Peter últimamente. Lo había atribuido a que pasaba mucho tiempo con Cass y ella no lo tenía en alta estima, pero en ese momento en particular había sentido que algo no iba bien.

DarknessWhere stories live. Discover now