Papá

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Finalmente todo se sumió en silencio. La desaparición de Walburga, rindiéndose, fue suficiente para que todos vieran una nueva perspectiva, aún podían ganar.

Los niños de los tres cursos más pequeños ya habían sido enviados a sus respectivos hogares, de todas formas no había muchos niños que asistieran a Hogwarts luego del desastre que habían generado los mortífagos el año anterior cuando gran parte de los alumnos de Gryffindor habían acabado siendo asesinados.

Sirius y Regulus no habían vuelto a separarse de Cass, cerca de la muchacha se sentían seguros y confiados, ella llevaba consigo un aura que los envolvía a todos y los hacía más fuertes.

Fue cuando estaban preparándose para el inminente ataque, para el cual ya faltaba poco o nada, que se generó la segunda aparición.

Orion estaba vestido completamente de negro, con su elegancia habitual, la espalda recta, esbelto y mortalmente serio. A algunos les generó pavor, a Regulus le hizo tragar con dificultad, Sirius sintió nostalgia; Orion siempre se veía de la misma manera y no parecía estar muy enojado, al menos para quienes lo conocían lo suficientemente bien.

-si viene a hacer lo mismo que su esposa le haré un resumen de lo que le he dicho a ella: de la vuelta, y lárguese- comentó Cass, frente a uno de sus mejores amigos y su novio.

-he venido a hablar con mis hijos, no contigo, así que haz el favor de moverte a un lado- respondió monótono, clavando sus ojos en Cassandra quien no se amilanó aunque podría haberlo hecho si no fuera porque se trataba de la salud, física y psicológica, de dos personas a las que quería con locura.

-está bien Cass- murmuró Sirius, a sabiendas de que el siguiente movimiento sería alzar las varitas. La muchacha obedeció aunque aún mantenía un ojo en el hombre.

Los dos muchachos Black guiaron a su padre unos cuantos pasos más allá del grupo en busca de algo más de intimidad y esperaron a que su padre se decidiese a hablar. Regulus tenía miedo de ser tratado como siempre habían tratado a Sirius, Sirius tenía miedo de desplomarse en medio de la guerra.

-entonces... ¿esta es su decisión final?- preguntó Orion, en su tono descubrieron un nerviosismo e inseguridad que jamás había estado ahí antes.

-sí padre, esta es mi decisión final- dijeron los dos casi al mismo tiempo.

-no espero que lo entiendas, pero no me gustaría tener que luchar en tu contra- confesó Sirius, también nervioso.

-no lo harás- respondió Orion volviendo a su tono habitual cuando hablaba con su hijos, las pocas veces que hablaba con ellos.

-¿no lucharás?- preguntó Regulus ingenuamente, aún temblando de los nervios pero intentando ocultarlo.

-si luchare Regulus- volvió a hablar el hombre haciendo que sus dos hijos lo miraran extrañados-. Si mis dos hijos tontos quieren estar aquí, y luchar por esto, bien, pues entonces este es el lugar correcto en el que tengo que estar- aclaró con firmeza.

Sirius y Regulus tardaron unos cuantos segundos en reaccionar y luego una sonrisa enorme se instaló en sus rostros, como si no les importase la guerra que se les venía encima. Podrían haber abrazado a su padre si no hubieran tenido el apellido Black pero desafortunadamente lo tenían y se contuvieron.

Volvieron los tres al gran grupo que formaban los integrantes de la orden, rodeando a Cassandra quien los miró con curiosidad antes de regalarles una pequeña sonrisa que duró una milésima de segundo. Ella no podía permitirse estar muy feliz, tenía demasiadas cosas de las cuales preocuparse; una de ellas era la mentira que llevaba oculta dentro de sí misma, Sirius no la perdonaría jamás.

DarknessWhere stories live. Discover now