No me moveré de aquí

802 74 10
                                    

Había comenzado a llover cerca de las tres de la mañana y Sirius parecía estar más incómodo que nunca. Daba vueltas en la cama como si fuera una calesita y James comenzaba a ponerse nervioso, jamás se había animado a preguntarle qué era exactamente lo que le pasaba con las noches tormentosas pero comenzaba a plantearse preguntarselo de una maldita vez, quizás de esa manera conseguía ayudarlo.

-¿puedes estarte quieto?- explotó James.

-lo siento- respondió Sirius también susurrando.

-estás aquí ¿de acuerdo? conmigo- continuó hablando, suavizando un poco el tono.

-si, lo sé- respondió el otro, intentando mantenerse quieto por un segundo.

-¿qué ocurre?- preguntó Remus, quien tampoco había conseguido dormir. Había sido duro ver todos esos recuerdos incluso sabiendo todo lo que sabía de antemano, no se podía imaginar como de enredadas estarían las cabezas de sus amigos.

-es la tormenta, no te preocupes- respondió James-. Tú descansa.

-es por nuestra madre ¿verdad?- se atrevió a hablar Regulus, pues al parecer ninguno de ellos conseguía dormir.

-sí- respondió el mayor con cierta timidez, al fin y al cabo terminarían enterándose todos.

-¿qué ocurre con tu madre?- preguntó James sentándose sobre la cama.

-nada Cornamenta, acuéstate y duerme- ordenó Canuto.

-¿por qué no se los has dicho?- continuó Regulus ganándose un bufido por parte de su hermano mayor.

-porque es cosa mía Regulus y lo solucionaré yo. ¿Te importaría dejar de meterte?- respondió de malas pulgas.

-¿pero tú eres estúpido o te haces? sea cosa tuya o no, no es necesario que lidies con todo eso tu solo, que al fin y al cabo es mi culpa también- dijo, convencido en que no debía dejar de insistir.

-lo que yo decidiera hacer no es culpa tuya- respondió con rapidez, también sentándose en la cama y girando hacia donde estaba su hermano en la oscuridad.

-Regulus, si tanta culpa sientes es porque no solo le incumbe a Sirius, ¿por qué no nos lo cuentas tú?- intervino James.

-que no- se apresuró a negar Canuto.

-Walburga tenía por costumbre castigarnos cuando era de noche...- comenzó a decir Regulus, sin embargo se detuvo al oír que su hermano salía de la habitación-. Se ha enfadado.

-por supuesto que está enfadado, estamos husmeando en un secreto que ni siquiera fue capaz de decirnos a nosotros- medió Remus-, yo que él también me enfadaba.

-tienes razón Rem, pero estoy harto de verlo mal y no saber qué hacer porque no nos cuenta nada. Creo que ya le hemos dado mucho tiempo, lo que toca ahora es presionar- respondió James también levantándose de su cama para ir tras Sirius.

Remus y Regulus se levantaron para ir tras James, hablando en voz baja para acordar qué tenían que decir o qué le podría caer mal. Severus, por otro lado, también se levantó de su colchón, había algo en los merodeadores que siempre lo había llamado a husmear entre sus secretos, y ese secreto en particular, parecía uno de los gordos.

-déjame solo James- se escuchaba desde las escaleras donde Remus y Regulus se habían detenido.

-pero no necesitas estar solo... ¿sabes que me duele? que no hayas confiado en mi, somos hermanos, yo jamás he tenido secretos para contigo. ¿Es que te he traicionado alguna vez? ¿te he mentido? No, siempre he estado para ti, te he dado la oportunidad de contarme qué te ocurre, qué es lo que va mal, incluso decidí no presionarte para ver si iba a mejor pero no, no ha mejorado y creo que deberíamos cambiar de táctica. ¿Por qué no me quieres dejar ayudar?

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora