Ahuyentar a las gárgolas

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Aquellas figuras negras volaban revoltosamente por la sala, Dinm empezaba a preocuparse que eran aquellas cosas que habían salido del libro, por un momento esas cosas se quedaron quietas, mirando que Dinm sujetaba aquel libro, y entonces este pudo verlas. Eran una especie de gárgolas negras, que continuaron volando velozmente hasta salirse del cuarto y dividirse por toda la casa, Dinm no terminaba de creérselo, pero tenia que hacer algo si no quería que sus padres le regañasen por dejar entrar animales en casa.

Cogió el libro y empezó a agitarlo hacia las criaturas , para que se marchasen pero solo hacían mas que volar en círculos, Dinm abrió la ventana de la sala, consiguió golpear a uno hacia la ventana y esta huyo por ahí, ahora quedaban dos. Oyó ruidos en el piso de arriba, y fue hacia allá, subió las escaleras y fue mirando por las habitaciones, y encontró uno en el baño, ya que estaba la puerta abierta, así que Dinm entro protegiéndose con el libro como si fuera un arma. Estaba justo en el retrete, Dinm intento golpearlo, pero este lo esquivó y se metió en la bañera, Dinm cerro la cortina, la gárgola no hacía nada, solo se intentaba quedar de pie mientras se resbalaba, y sin saber porque, Dinm metió la mano por un lado para abrir el grifo, salió el agua de la ducha, y el agua le dio de lleno a la criatura, esta se retorcía mientras emitía un gruñido desagradable, pero el agua deshizo a la gárgola. -Otro menos.- Exclamó. Apagó el agua, escuchó más ruido en la habitación de al lado, en la habitación de sus padres. La gárgola estaba dando vueltas por la habitación y tirando algunas cosas. Dinm llamó su atención y fue a abrir la ventana, después intento golpearle con el libro, pero no podía. Se quedo al lado de la ventana abierta y Dinm le lanzo el libro, la gárgola lo esquivo, y libro golpeo el cristal, pero la gárgola se dio cuenta de que la ventana estaba abierta y huyó por ella. -Bien.- Dijo. Pero aún quedaba otro. Bajó abajo y escucho ruidos en la cocina, fue hasta allí corriendo. Lo encontró revoloteando moviendo los utensilios de cocina, Dinm corrió hacia él intentando le dar con el libro, pero cada vez que él golpeaba esa cosa saltaba, hasta que se le ocurrió abrir una puerta corredera de cristal que daba al jardín , entonces la gárgola se puso cerca dela puerta abierta y Dinm le lanzó el libro. Voló por toda la cocina hasta golpear el cristal, que no alcanzó al bicho, pero por lo menos hizo que éstese diera cuenta de que podía huir afuera y salió. Dinm corrió rápidamente, cogió el libro y miró por la puerta, veía como aquella gárgola oscura se desvanecía por culpa de la luz del sol, por lo que las demás también habrían desaparecido de la misma forma. Dinm extrañado miró el libro, el que había liberado aquellas cosas. Se preguntó si realmente había sido el libro, o todo aquello había sido su imaginación o un sueño. Se pellizcó, le dolió, por lo que era real, se guía sin creérselo, así que cerró las puertas y ventanas, y se dirigió a su cuarto para saber más sobre este libro de letras extrañas.     

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