Las ordenes mágicas

11 0 0
                                    

De nuevo en su cuarto, Dinm se puso en el escritorio y abrió el libro por el principio. Éste decía que recogía todos los hechizos existentes, mostrando desde el más básico hasta el más difícil o peligroso; describía a criaturas mitológicas o mágicas, invisibles para los humanos pero para los magos no; incluía pociones, remedios, objetos mágicos... Un mago que es iniciado en éste mundo debe escoger una orden mágica, entre la Orden del Fuego, los valientes; la Orden del Agua, los sabios; la Orden del Aire, los libres; la Orden de la Tierra, los resistentes; la Orden de la Física, los experimentales; la Orden de la Luz, los ayudadores; la Orden de los Olvidados, y la orden de Entre las Sombras.

Según qué orden eligiera se desbloquearán ciertos hechizos y otros no, una vez decidido a qué orden quería unirse, tenía que dibujarse el símbolo de la orden en la mano o en su cuerpo, con algo afilado, entonces pertenecerás permanentemente a esa orden, y el libro estará conectado contigo, para finalizar, dirigiéndose a la última página del libro y poniendo su firma de mago, lo que fortalecería mas el vinculo con el libro y nadie se lo podría quitar.  

Dinm después de pensar por un buen rato a que orden debería unirse, decidió que seria la orden de la física, pero él no estaba dispuesto a rajarse la piel, así que cogió un bolígrafo y empezó a dibujarse el símbolo en la mano, sorprendentemente cuando terminó, el símbolo brillo, ¿había funcionado?

Sería hacia la hora de comer, cuando subió su padre hasta su habitación y entró, lo encontró leyendo el libro, el padre le puso la mano en el hombro, y le dijo, qué hacía, y si había entrado a la sala secreta de la biblioteca, se la había encontrado abierta. Le respondió que no, que no había entrado, pensando si le había pillado o se había dado cuenta, y le preguntó si es que él no estaba allí. El padre contestó que no, él no estaba en la biblioteca, entonces sintió un escalofrió por su cuerpo, y pensó por qué estaba entonces aquella puerta abierta. 

Su madre le llamó para comer, y dejó el libro ahí, tenia que seguir investigando.

Comieron y después por la tarde, no tenía nada que hacer. Quería un lugar más tranquilo donde estar y que no pasaran cosas extrañas, así que dijo que saldría a dar una vuelta. Dinm tenía un lugar secreto donde iba muy a menudo para estar solo.

Una pista de skate abandonada, estaba en un barrio problemático, pero incluso los delincuentes lo han abandonado, hacía mucho tiempo que nadie pasaba por ahí, Dinm buscó un buen lugar en donde poder sentarse a leer. Cuando lo encontró se sentó en el suelo, cogió el libro y lo abrió por el principio.

Mi propia magiaWhere stories live. Discover now