El recolector

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Y fue a coger su libro en el suelo, el cual dejó de emitir luz. Todos se asombraron asustados, incluso el jefe se puso derecho, fingiendo mantener la compostura ordenó -¡Imbéciles atrapadle!- doloridos todos se levantaron aunque permanecían expectantes.

Dinm se puso serio y un aura de energía empezó a emanar de él, moviéndose la ropa y el pelo solo por el fluir de la energía. Entonces un macarra fue a por él, y le hizo -Asera yuro Aera- estrellándolo contra la pared, y después realizó -Elhe disroc-invoco unas rocas flotantes que lanzó contra el jefe, pero no directamente sino que pasaran cerca de él para demostrarle su poder, y dijo –No os atreváis a tocarme otra vez. No sabéis lo que soy capaz de hacer. Os arrepentiréis, sobretodo tú.- señalando al jefe y preguntó -¿Para qué querías el libro? ¿Quién te lo ha contado?- el jefe asustado contestó –No sé, me lo dijo un anónimo, no sé quién era. Me contó que estaba buscando libros antiguos, y me beneficiaria si yo le ayudaba. Entonces yo los reúno y luego se los entrego sin hacer preguntas.No me hagas daño...- y Dinm contestó –Debería hacerte lo pagar, pero yo no soy cómo tú. No te haré nada si les dices a tus matones que me dejen en paz.- Entones se dio media vuelta y camino hacia la salida, un macarra se acerco para intentar golpearle pero se paró en seco cuando Dinm le dirigió una mirada de furia, que ni el más terrible de sus compañeros tenía, algo que no se complementaba con lo joven e inocente que parecía, el macarra miró al jefe y éste le hizo una señal para que no le hiciera nada. Entonces Dinm salió de la habitación de las cortinas, y llamó la atención de todos, haciéndoles comprender tras su paso, que no sería buena idea enfrentarse a él si se lo cruzaban. Dejó aquella fábrica, calmándose y se dirigió a su casa.

Mi propia magiaWhere stories live. Discover now