En los sueños

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En casa se baño de nuevo, que esta vez sí echaba mala olor a agua podrida, y cenó. Después estuvo leyendo el libro mágico unas horas, y se fue a dormir. Notó que podía entender más datos, y una pequeña sección de la orden del agua se desbloqueó.

Dejó el libro mágico cerrado en su mesita de noche, y se acostó pensando que había estado en peligro dos veces ese día, y no sabía calcular el grado de peligro al que estaría expuesto.

Mientras, en el reino de los corruptos a un nuevo secuaz le fue ordenado acabar con el usuario del libro que se había activado recientemente sin saber qué le había pasado al secuaz anterior. Sin objeciones, se teletransportó a la habitación de Dinm en forma de sombra. Era de noche en aquel lugar y Dinm dormía plácidamente en su cama. Entonces traspasó la pared y se volvió físico, se acercó a la cama, y pronunció un hechizo en la cabeza del joven "Doromu Darka" y un humo salió de su mano y se adentró en la cabeza del joven, el secuaz pensó –Te destrozare desde dentro, desde los sueños.-

Entonces Dinm paró sus pensamientos y entró en un sueño donde todo estaba oscuro, lleno de niebla y sintió que caía, después la niebla oscura se iba disipando y dejando ver un fondo blanco.

Todo es blanco excepto él. Dinm, cómo si planease, cae y toca el suelo, un suelo invisible que no se diferencia del resto, al horizonte se alza una especie de montaña piramidal gris y Dinm empieza a caminar hacia allí. Camina pero no siente el suelo, sin embargo, sí hay gravedad y no hay nada más alrededor. Va en línea recta, se da cuenta de que hay una especie de línea gigante que deslumbra. Dinm cambia de dirección y se dirige hacia su derecha. Entonces Dinm, al encontrarse enfrente, se da cuenta de que aquella línea no es lo que parece, es una figura negra humanoide meditando en el suelo. Ahora intenta acercarse a él pero, al dar unos pasos, aquella figura de varios metros de alto y de ancho, abrió unos ojos. Dinm se sorprendió, pero caminó un poco más y entonces aquello que parecía un monje desplegó hacia los lados cuatro brazos más. Empezó a mover los dedos y comenzaron a aparecer trampas de hechizos con la intención de matarlo, pero parecía que en aquel lugar pesaba menos, pues se quedaba más tiempo al saltar, en el aire. Continuamente era avasallado por hechizos y Dinm se dirigió dando saltos, valientemente hacia el enemigo, sin saber porqué, tal vez por la confianza de saber que era un sueño y no era real. 

Mi propia magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora