Novios de mentira 🍥Jikook🍥

15.- Indiferente

— ¡Aah~! ¡Jimin! ¡Ahí!

— ¡Mierda, Jungkook! No me rasguñes tan fuerte.

— ¡Atínale! ¡Pégale más fuerte!

— ¡Le estoy apuntando, maldita sea! ¡Si es tan fácil! ¡¿Por qué no lo haces tú?

— ¡Cuidado! ¡Ahí viene!

— ¡Aaahh! — gritamos Jimin y yo al unísono al percatarnos de que la maldita cucaracha volaba hacia nuestra dirección.

— ¡Jimin, aviéntale la chancla! — me coloque detrás de Jimin usándolo como escudo.

Si a alguien se le iba a subir ese bicho infernal que fuera al chico borracho interrumpidor de sueños.

— ¡Pecho tierra, Jungkook! ¡Pecho tierra!

— ¡Retirada!

Y sin más salimos corriendo despavoridos de mi habitación.

Okey y ustedes se preguntaran...

¿Cómo es que llegamos a esta situación?

Bueno tal vez no, pero me vale madres asi que de todos modos lo contare.

Flashback

Me desperté con la sensación de ser aplastado y porque cualquiera que fuera la causa me estaba matando de calor.

Me estaba asfixiando.

Fui abriendo los ojos poco a poco en lo que me iba adaptando a la luz del cuarto.

Suspire pesadamente y trate de levantarme, pero un cuerpo extraño me lo impidió.

Recorrí con la mirada mi cuerpo para saber que estaba pasando y me topé con un brazo desparramado sobre mi abdomen y no solo eso sino que tenía unas piernas enredadas con las mías y mientras más trataba de moverme se hacía más pesado el agarre.

Pero lo que realmente me llamo la atención fue la maldita erección mañanera que un poco más a la izquierda y apuntaba a mi trasero.

Mierda.

¡Que se quite! ¡Me aplasta y me pincha!

No estoy para esto.

Trate de darme la vuelta para estar cara a cara con el responsable de mi sufrimiento y desvelada de anoche.

— Jimin.. — le hablé suavemente.

Nada....

— Jimin. — alce un poco más la voz y lo zarandee.

— Mmm

— ¡Jimin!

— ¡Ahg! ¡Déjame en paz! — gritó mientras quitaba sus partes de mí, se daba la vuelta y me empujaba con su enorme trasero fuera de la cama haciendo que me cayera debido a que estaba en la orilla.

¡Será maldito!

Me sobe el trasero, y levante la mirada hacía mi escritorio.

Una sonrisa macabra cruzo por mi cara.

Ahí yacía mi venganza.

Una cucaracha.

Me levante con cuidado y arranque una hoja de mi cuaderno, la doble a la mitad y me fui acercando al escritorio despacio para no espantarla.

Puse la hoja cerca de la cucaracha para que se subiera a ella, y así lo hizo.

Pero con lo que no contaba era que mientras me acercaba al objetivo de mi broma era que la maldita cucaracha empezará a caminar directo hacía mí.