38.- Tiempo para dos

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Era sábado por la mañana cuando el sonido de mi celular marcando una llamada entrante me hizo removerme entre mis sábanas y suspirar cansino, sin embargo al ver el remitente, todo rastro alguno que pudo haber de enojo, se vio opacado por al ver el nombre de la persona que me hacía la llamada.

— ¿Sí?— supuse que mi voz sonaba ronca y adormilada cuando al otro lado se escuchó una pequeña risita, mis sospechas se vieron confirmadas cuando me respondió.

— ¿Te acabas de levantar?— me contestaron al otro lado de la línea, y pude imaginarme al dueño de aquella voz sonriendo por el tono juguetón que ocupo.

— Bueno, nadie se levanta tan temprano en un sábado.

— Son las 9:30, Jungkook.

—Aún es temprano para alguien que no está acostumbrado a levantarse a esta hora.

Enseguida escuché a Jimin reírse.

— Bueno no importa, ya te levante, así que ábreme la puerta que está haciendo frío aquí afuera.

Al escuchar eso enseguida me incorporé en la cama. — ¿Está afuera?

—Sí... Jungkook ¿podrías abrirme, y dejar el interrogatorio cuando no se me estén congelando los hijos que no vamos a tener, por favor?

Sentí mis mejillas enrojecer a causa de su comentario, sin embargo decidí ignorarlo y me paré enseguida.— Ya voy.— fue lo último que dije antes de colgar y caminar rápidamente hacia la puerta.

En el camino hacia la puerta se me olvido ponerme las pantuflas, por lo que me estaba congelando los pies, sin embargo no me regrese a mi habitación porque Jimin me estaba esperando, y no quería hacer doble viaje, aunque debería cuidarme mejor, ya que hacía un día había estado en muy mal estado.

Pero mis pies quedaron en segundo plano al estar frente a la puerta de mi apartamento y abrirla, ya que al verlo parado ahí frente a mí, me hizo dibujar una gran sonrisa en mi rostro.

— Hola.— dijo Jimin con una sonrisa, que se vio borrada al instante al echarme un vistazo de cuerpo completo y detenerse en mis pies.— Hace frío y tu sin zapatos, ¿te recuerdo cómo estabas hace poco?

— No.— Negué rápidamente con la cabeza.— Pero quería verte.

Vi a Jimin suspirar mientras negaba con la cabeza, empezó a caminar hacia mí con intención de entrar al apartamento y sin esperarlo me alzó en sus brazos como si no pesara nada, jadeé sorprendido pero enseguida reí envolviendo mis piernas en su cadera. Me sostuvo con su brazo izquierdo mientras cerraba la puerta tras de él y dejaba una mochila que hasta ahorita me daba cuenta, traía consigo.

—¿Qué haré contigo, Jungkook?— escuché decirme en forma de regaño, sin embargo el tono de reproche murió cuando respondí.

— ¿Quererme?

— Ya lo hago.— respondió mientras me rodeaba con su brazo libre y me volteaba ver.

Si yo pensaba que Jimin ya me había dedicado su mirada más tierna, estaba totalmente equivocado, pues en este momento, no podría describir todo lo que me transmitió con su gesto, supongo que mi cara también le transmitió algo pues él sonrió y yo me dedique a llenarlo de besos por toda la cara; sus cachetes, su nariz, su frente, su barbilla y cuando llegamos al sofá y me sentó con él en sus piernas, me permití repartirle besos también en sus ojos, haciéndolo reír en el proceso. 

Ni yo mismo me creía que podía ser tan empalagoso, me sorprendía el cómo me estaba comportando, y eso que apenas llevábamos dos días de novios oficiales si contábamos este día, esperaba que Jimin no se llegara a fastidiar por ser tan encimoso con él como estaba descubriendo que podía serlo, pero al menos, por el momento lo estaba disfrutando tanto como yo, o eso era lo que me daba a entender al estrecharme más contra él y sonreía en el proceso dejándose hacer.

Novios de mentira 🍥Jikook🍥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora