Novios de mentira 🍥Jikook🍥

47.- Nuestro mejor momento.

Disculpen la demora ;--; Las últimas escenas que costaron muchísimo, pero siento que solo tal vez y no me salió tan mal. Que lo disfruten :3

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7 Años después.

Me tallé los ojos con la servilleta que mi papá me había ofrecido en busca de quitar todo rastro de lágrimas en mis ojos, y mi mamá quien yacía a mi lado derecho me apretó mi mano reconfortante. La volteé a ver y sonreí pues a pesar del desastre que de seguro era, quería que supiera que estaba bien.

— Te quiero mucho.

— Y yo a ti. — me incliné y le besé la mejilla. No obstante cuando me estaba separando de ella, por mi rabillo del ojo, algo llamó mi atención.

Mi corazón golpeteó frenético al seguir aquella silueta que acababa de entrar a la sala y sin pensarlo me paré como si tuviera un resorte sobre mí, porque vamos, o yo estaba fantaseando con alguien que se parecía mucho o definitivamente era él.

— ¿A dónde vas?— escuché preguntar a mi madre cuando comencé a caminar hacia él.

— Ahorita vuelvo.— contesté casi mecánicamente.

Caminé a paso rápido con el temor de que aquella ilusión se esfumara en cualquier momento, pero con cada pasó que me acercaba las mariposas comenzaron una revolución dentro de mi estómago al confirmar que aquella persona de espalda a mí no era ninguna ilusión.

Era Jimin, mi Jimin... Mi novio.

Oh bueno, tal vez ex...

— ¿Jimin?

Jimin volteó ni bien pronuncie su nombre y por un momento lo vi quedarse estático, para después acercarse a mí tan rápido y cortar el poco espacio que nos separaba.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté entre confundido y emocionado por su respuesta.

— Vine a verte... bueno, más bien a despedirte.— al verlo sonreír triste, no pude evitar hacerlo yo también, pero con la diferencia de que yo sí estaba sonriendo alegre y me lancé hacia él en un gran abrazo.

Pues él estaba aquí, no estaba enojado. Y sobre todo el hecho de que viniera a verme antes de irme, me hacía creer que lo nuestro no iba a terminar tan fácil y rápido.

Suspiré complacido y me acurruque más a mí almohada en un intento por volver a conciliar el sueño al sentirme todavía adormilado, sin embargo un quejido tras mío me hizo poco a poco ser consciente del brazo rodeando mi estómago y el pecho desnudo contra mi espalda.

Sentí como me jalaban más hacia atrás y supe que mi intento por dormir más horas se iba a quedar como eso, un intento.

— Todavía tengo sueño.— me quejé con una sonrisa en los labios y ojos cerrados.

— Son las 9:30 de la mañana.

— Aun es de madrugada y es Sábado.

Un beso tronó sobre mi mejilla derecha acompañado de una risa.

— Sabes que te dejaría dormir más tarde si no tuviéramos que salir.

Inhalé profundo para después sacar el aire pesadamente rindiéndome ante sus palabras, pues tenía razón, mis padres llegaban hoy y a pesar de que quería seguir durmiendo entre la comodidad de mis sábanas, tanto Jimin como yo, teníamos mucho que hacer hoy.