Novios de mentira 🍥Jikook🍥

27.- De vacaciones y unos cuantos colados.

Llegué a mi casa después de que me haya puesto de acuerdo con mi mamá en ir de vacaciones y lo primero que vi fue un montón de rostros conocidos y un montón de maletas en medio de la sala.

— ¿Me pueden explicar que hacen todos ustedes aquí?

— Siempre salimos de viaje todos. — contestó Tae.

— Si ya sé. — dije mientras paseaba mi vista en toda la casa. — Ese es un acuerdo con mi mamá de que tanto tú como Jin vayan con nosotros... lo que no entiendo. ¿Es que hacen ellos aquí?

Señalé a los demás que estaban sentados en la casa de MIS padres, en NUESTRA sala y comiendo MIS galletas favoritas.

— Oh. — volteó Tae a ver los demás mientras sonreía. — tu mamá los invito.

— ¿Mi mamá qué? — volteé a ver a Jin en busca de alguna explicación.

— No sé, yo cuando vine ellos ya estaban aquí. — dijo mientras se encogía de hombros.

Justo en ese momento salió mi mamá de la cocina.

— ¡Oh hijo! ¿Listo para el viaje? — se acercó a saludarme.

— Sí. — asentí. — Pero, me puedes explicar que es todo esto.

Señalé a Jimin, Hoseok y Namjoon.

— Ah...

— Sí, ah. ¿Qué hacen ellos aquí?

— Tae me dijo que sería bonito que fueran con nosotros.

En ese momento dirigí mi mirada al mencionado fulminándolo con la mirada.

— ¿Y cómo por qué, Taehyung?

— Pensé que sería divertido.

— Ah, pensaste. ¿No me habías dicho que mi mamá los había invitado?

— Tú mamá los invito, yo sólo le di la idea. — se encogió de hombros y se sentó junto a los demás.

En ese momento quise golpearme la cabeza contra la pared.

— Maa.. ¿Y cómo porqué le hiciste caso a Tae?

En ese momento mi mamá pareció acordarse de algo y de la nada me agarró de la oreja y me arrastró hacia la cocina ignorando mis quejas.

— ¡Mamá me duele! ¡¿Ahora qué hice?! —me sobé la oreja al momento que soltó.

— La pregunta es ¿qué no hiciste? — la miré confundido mientras mi mamá entrecerraba la mirada. — ¿Por qué no me dijiste que te gustaban los penes y encima que ya tienes a alguien que te azote, jovencito?

Mis ojos se abrieron abruptamente y mi quijada casi cae al suelo mientras sentía toda mi cara arder.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

— ¿Do-donde escuchaste eso? — traté de mostrarme tranquilo aunque sabía que mi cara y reacción me delataban.

— No puedes negarme nada, Jeon Jungkook. — me señaló acusadoramente y levanté las manos en señal de rendición.

— Okey, tranquila. Sólo no te alteres.

Se cruzó de brazos y levantó el mentón, a pesar de que yo era más alto que mi mamá, en este momento me sentía diminuto e intimidado.

— Estoy esperando.

Carraspeé incómodo.

—Pri-primero, dime quién te lo dijo.